Piquetero ofrece como prueba transacciones con una chacarita sospechada de fraude
Diego Rolón intentó justificar su abultado patrimonio alegando ingresos provenientes de la venta de cartón, una actividad que apenas genera unos $ 120 por kilo, una cifra que parece insuficiente para sostener el nivel de vida que llevaba

En el marco de la causa por presunto lavado de activos que involucra al dirigente piquetero Diego Rolón, su declaración indagatoria ante la Justicia despertó más dudas, al mencionar como prueba de su inocencia transacciones vinculadas a la chacarita "Los Quebrachales". Lo que no parece haber calculado es que ese predio ya es objeto de una megacausa judicial que estalló en 2024 y que mantuvo detenido a su dueño por presunta asociación ilícita y defraudación al Estado.
Durante su indagatoria, Rolón intentó justificar la compra de animales mediante los ingresos que, según él, habría generado su padre recolectando cartón durante años y vendiéndolo en esa chacarita. Sin embargo, las cuentas parecen no cerrar: el kilo de cartón cotiza en unos $ 120, una cifra irrisoria para quien asegura haber adquirido propiedades, vehículos, animales y hasta haber construido viviendas con pileta.
El dirigente explicó que algunas propiedades no le pertenecen directamente, sino a familiares. Atribuyó la titularidad de una vivienda a su cuñada, y aseguró que la casa con pileta fue construida en un terreno cedido por una mujer en 2019. También detalló que su padre, exempleado de una empresa recolectora y luego trabajador en un basural, fue quien compró los animales gracias a la venta de cartón a "Los Quebrachales", cuya documentación -afirmó- puede exhibirse como prueba.

Lo llamativo es que esa misma chacarita, ubicada en avenida Alvear en Resistencia, fue allanada en junio de 2024, tras el vuelco de un camión en la Ruta 16 que transportaba 28 toneladas de cobre, aluminio y otros materiales presuntamente robados a la empresa estatal de energía Secheep. La carga estaba valuada en 450 mil dólares, y derivó en una investigación que reveló un complejo entramado delictivo.
El propietario de "Los Quebrachales", el empresario Javier Usatorre, fue señalado por la Justicia como jefe de una banda dedicada al robo sistemático de materiales de redes eléctricas. En uno de los allanamientos a la chacarita se incautaron $ 30 millones en efectivo y documentación vinculada a otras maniobras sospechosas. El caso, por su gravedad, ya tiene derivaciones en el fuero federal por posible lavado de activos.
Resulta difícil explicar el crecimiento económico del dirigente piquetero únicamente a partir de actividades como la recolección de cartón, que por sí solas no justificarían el estilo de vida y el patrimonio que intenta presentar como legal, por lo que crecen las sospechas de lavado de activos de dinero proveniente del Estado.