Animales rescatados del tráfico ilegal: el camino hacia su recuperación y protección
En los últimos días, los operativos contra el tráfico ilegal de fauna revelaron la explotación de especies en peligro, incluida la incautación de aves exóticas. El jefe de la Dirección General de Seguridad Rural y Ambiental explicó el proceso que siguen los animales una vez rescatados.
En un esfuerzo por combatir el creciente tráfico ilegal de fauna silvestre, distintos operativos en la región norte del país dejaron al descubierto casos alarmantes de explotación de especies en peligro de extinción. Recientemente, dos grandes incautaciones de aves exóticas, realizadas por las fuerzas de seguridad en las provincias de Chaco y Formosa, sacaron a la luz el negocio clandestino que representa un riesgo mortal para varias especies.
En las primeras horas de la madrugada del pasado miércoles 15 de enero, personal de Gendarmería Nacional interceptó un camión en la Ruta Nacional 11, en un operativo en el que se descubrieron dos ejemplares de guacamayo Jacinto (Anodorhynchus hyacinthinus), también conocido como guacamayo azul.
Esta especie, catalogada como "en peligro crítico de extinción" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), está en la mira de los traficantes debido a su belleza y su alta demanda en mercados ilegales. El valor estimado de estos dos ejemplares asciende a más de 25 millones de pesos en el mercado negro.
Pocos días después, más precisamente este jueves, en la región de El Impenetrable, se produjo otro golpe al tráfico ilegal de fauna. Durante un control en la Ruta Provincial Juana Azurduy, fueron hallados 56 loros habladores dentro de tres cajas abandonadas a la vera del camino. El hombre que esperaba a la orilla de la ruta fue identificado y notificado por infracción a la Ley de Fauna Provincial 1428/2018. Las aves, que no estaban en condiciones adecuadas, fueron incautadas y entregadas a las autoridades para su protección y reinserción en su hábitat natural.
¿Qué sucede con estos animales una vez rescatados?
En diálogo con Diario TAG, el Comisario Mayor José Orlando Galarza, jefe de la Dirección General de Seguridad Rural y Ambiental, detalló el procedimiento habitual de los operativos y el manejo legal de los animales secuestrados. "Una vez que los animales son incautados, los ponemos a resguardo hasta que se pueda determinar su destino. En el caso de especies exóticas y en peligro de extinción, como los guacamayos, solemos derivarlas a fundaciones especializadas en la protección de animales silvestres", explicó Galarza.
En estos casos, las fundaciones se encargan del cuidado y la rehabilitación de las especies, con el objetivo de reintegrarlas a su hábitat natural cuando las condiciones lo permitan. Sin embargo, en algunos casos, como ocurre con los loros habladores, los zoológicos locales también pueden ser una opción, aunque no todos los animales pueden ser liberados de inmediato.
"El seguimiento de los animales ya está a cargo de la Justicia", aclaró el Comisario. "Nosotros como policía somos auxiliares de la Justicia, y una vez entregados los animales a las fundaciones o zoológicos, el seguimiento depende de las decisiones judiciales. En algunos casos, la Justicia puede pedirnos más información, pero es un proceso que escapa a nuestro control", añadió.
Un aspecto clave que surge de estas intervenciones es la vulnerabilidad de las especies una vez que son liberadas. Las autoridades reconocen el riesgo de que los animales sean recapturados por los traficantes, por lo que algunas fundaciones recurren a técnicas de monitoreo, aunque el detalle de estos procedimientos varía según la organización.
A pesar de los esfuerzos por erradicar este comercio ilegal, los operativos siguen siendo una pieza fundamental en la lucha contra el tráfico de especies. Las fuerzas de seguridad continúan trabajando de la mano con la Justicia y con organizaciones protectoras para garantizar que los animales incautados puedan ser rehabilitados y finalmente devueltos a sus hábitats naturales.
"Nos encontramos ante un desafío constante", expresó Galarza. "El tráfico ilegal de fauna silvestre no solo pone en peligro a las especies, sino que también afecta a nuestros ecosistemas. Es un problema global que requiere de la cooperación de todos los sectores", concluyó el jefe de la Dirección General de Seguridad Rural y Ambiental.