Temor e inseguridad: comerciantes de avenida Chaco y Piacentini viven con miedo a los robos
La inseguridad se volvió moneda corriente en la zona de avenida Chaco y avenida Piacentini, un área comercial muy transitada de Resistencia, donde comerciantes y vecinos conviven con el temor a ser víctimas de hechos delictivos. La situación quedó en evidencia tras el violento asalto ocurrido en la madrugada de este viernes en un kiosco ubicado en la intersección de avenida Chaco y calle Toledo.
En este último episodio, una trabajadora de 32 años fue amenazada con un arma de fuego por un delincuente que, con violencia, exigió el dinero de la caja y productos de alto valor. "Dame todo si no querés que te encaje un tiro", le dijo el ladrón, mientras le ordenaba entregar 100.000 pesos y un gin de marca Bombay. Según denunció la víctima, el ladrón huyó con el botín y las imágenes de las cámaras de seguridad ya fueron entregadas a la Policía, pero hasta el momento el agresor continúa prófugo.
Tras este hecho, Diario TAGrecorrió la zona y recogió testimonios de vecinos y comerciantes que evidenciaron el temor y las medidas extremas que toman para protegerse de la inseguridad.
Muchos locales de la zona atienden tras rejas, y algunos comerciantes solo permiten el ingreso de clientes conocidos. Una comerciante comentó que, hace un mes, sufrió un robo a mano armada a plena luz del día. "Era cerca de las 20 horas y se llevaron toda la recaudación del día", relató con resignación. Otro testimonio revela que incluso los nuevos comercios reciben advertencias de los vecinos: "Nos dijeron que saquemos la mercadería de la vidriera por precaución y que cerremos todo al momento de hacer caja", explicó un comerciante que abrió su negocio el 4 de enero.
El episodio en el kiosco dejó a una de las trabajadoras en estado de shock, lloraba desconsoladamente y pedía irse a casa tras el violento asalto.
Los vecinos del barrio también viven con temor. Muchos atienden detrás de rejas y solo interactúan con desconocidos a través de ventanas, lo que refleja la desconfianza generada por los reiterados hechos de inseguridad. Comerciantes que llevan años en el barrio aseguraron que la inseguridad fue en aumento y que los robos ya no tienen horario. "No sabemos en qué momento nos puede tocar. Ya no podemos vivir tranquilos", expresó un vecino con indignación.