Disminuyó el agujero de la capa de ozono que afecta a Argentina y es el más bajo en décadas
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) anunció una noticia que el agujero de la capa de ozono, que afecta principalmente a la Antártida y al sur de Argentina, se cerró durante la primera semana de diciembre de 2024. Este cierre, ocurrido antes de lo habitual, refleja un cambio positivo en la dinámica de este fenómeno. Además, su extensión fue significativamente menor que en años recientes, lo que marca un avance en la protección de este escudo esencial para la Tierra.
Según el informe del SMN, la extensión máxima del agujero de ozono en 2024 alcanzó los 22 millones de kilómetros cuadrados a fines de septiembre, una reducción notable frente a los más de 25 millones registrados en 2022 y 2023. Para noviembre, el área afectada había disminuido a 10 millones de kilómetros cuadrados, lo que permitió su cierre anticipado en diciembre. Este comportamiento, aunque positivo, sigue siendo objeto de estudio debido a los riesgos asociados a la pérdida de ozono en la estratósfera.
El agujero de ozono es un fenómeno estacional causado por la disminución del ozono en la capa superior de la atmósfera, donde este gas actúa como un escudo contra la radiación ultravioleta. La exposición excesiva a la radiación UV puede provocar cáncer de piel, problemas en los ojos y daños en los ecosistemas. Por ello, su monitoreo continuo es crucial para entender y mitigar los impactos en la salud del planeta y de los seres vivos.
Factores naturales, como un evento de calentamiento estratosférico repentino en julio y agosto, influyeron en la formación tardía del agujero este año, que comenzó un mes después de lo habitual. Además, la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Haʻapai en 2022 dejó huellas importantes en la atmósfera, afectando la química y dinámica del ozono. Estudios recientes atribuyen a este evento una pérdida del 7% en la capa de ozono y cambios en los vórtices polares que intensificaron su destrucción.
El cambio climático también juega un papel complejo en esta dinámica. Mientras la troposfera se calienta, la estratósfera tiende a enfriarse, facilitando procesos químicos que afectan al ozono. Estos hallazgos subrayan la necesidad de seguir investigando la interacción entre los factores naturales y humanos que impactan la atmósfera, en un esfuerzo conjunto por proteger este recurso vital para la vida en la Tierra.