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Viernes 31 de Enero, 2025
 
 
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Carla Portaluppi

Periodista

"En otro lugar del mundo no pasa": el fenómeno de las esculturas que convirtió a Resistencia en un museo

La idea "loca" de un grupo de amigos que en los 60 quiso sacar el arte a las calles, décadas después se convirtió en la insignia que vuelve a la capital chaqueña única en el mundo, con la Bienal desempeñando un rol clave para conectar las expresiones artísticas con la ciudadanía.

Esculturas de Resistencia

Hoy podemos mencionar a Resistencia como la ciudad de las esculturas, sin embargo, hace 60 años, eso no era así. La idea "loca", como lo califican muchos, de sacar el arte a la calle, tiene su origen en 1961, un grupo de amigos de El Fogón de los Arrieros, tuvo esta iniciativa que a mitad de año pudo concretarse con las primeras cinco esculturas que se emplazaron en distintas zonas del microcentro, así inició el plan de embellecimiento que hoy distingue a la capital chaqueña con más de 700 ejemplares.

En ese primer momento, el objetivo era el de emplazar las principales obras del arte argentino, 20 años después Fabriciano Gómez, que vivió años en Europa trae la idea de hacer un concurso a cielo abierto, con presencia del público, con los escultores trabajando y que todos los ciudadanos puedan ver y que entre los mismos escultores se puedan ver, en este concurso el desafío sería que el escultor tenga a 3 metros un colega a 3 metros otro colega y construyan una obra en 7 días.

Gustavo Insaurralde, es uno de los principales asesores de la Fundación Urunday, quien dialogó con Diario TAG, para brindar los detalles de cómo nació la Bienal de la Escultura, y el fenómeno del arte en la calle. Gustavo relata que cuando Fabriciano trae esa idea del concurso "se reúne con amigos ‘cómplices’ (afirma entre risas) quienes lo impulsan para llevarlo a otro adelante".

TAG: ¿Existían los concursos a cielo abierto en otras partes del mundo?

Gustavo: "Fabriciano venía de ver concursos en Italia o Francia. Pero debemos hacer una salvedad, que es que en otros lugares del mundo no tiene la aceptación popular que tiene acá, de verdad no pasa en otro lugar. Eso pasa únicamente en Resistencia.

Además, Insaurralde comenta que "escultores de distintos puntos del país que pasaron por Resistencia tuvieron la idea de llevar el proyecto a sus pueblos y empezaron tímidamente y no prosperó como prosperó en Resistencia, esa es la distinción de la Bienal en Chaco".

Esa distinción, explica que se vio ya desde la primera edición en 1988: "Cuando se hace el primer concurso tuvo inmediata aceptación del público, de los medios de comunicación, el escultor que ganó fue tapa de los diarios, las radios transmitían en vivo, entrevistaban escultores". A raíz de ese crecimiento, para el año siguiente "empezaron a aparecer las primeras empresas que veían como se reunía la gente alrededor de un escultor trabajando".

Gustavo Insaurralde asesor de la Fundación Urunday

El concurso de esculturas comenzó a tomar "vuelo propio" y ahí se forma la Fundación Urunday, nombre de la madera con la que se trabajaba en esos años, a la que Gustavo describe como "una madera muy característica de nuestro Chaco, muy noble". Y asó el concurso empieza a ganar trascendencia nacional y empiezan a venir grandes figuras del arte argentino, con el paso de los años el concurso sigue, nacional, americano e internacional".

Fue así que, en 1994, se decide hacer internacional el concurso de escultura, lo que "generó un posicionamiento de la disciplina y visibilidad de grandes artistas".  Por esta razón es que, hoy en día "no se puede hablar de Escultura en Argentina sin pasar por Resistencia".

En estos tiempos siempre se trabajaba con madera de urunday, en el año 98, los integrantes de la fundación venían notando que se producía un caudal de obras que no se podían emplazar en la vía pública, aclara Gusta: "Se pueden emplazar, pero lleva otro tipo de conservación e inspección, hay que inspeccionar por lo menos dos veces al año la madera, se puede conservar, pero no soporta las condiciones que otros materiales sí". Entonces, ahí surge la idea de pensar nuevos materiales para trabajar en la Bienal y que a su vez alimenten el patrimonio escultórico de la ciudad, inmediatamente aparece el mármol travertino, del mismo lugar donde se sacó el mármol para el monumento a la bandera, también el metal o granito.  

A raíz de estas incorporaciones, Gustavo cuenta "cuando se empezaron a producir obras que podían emplazarse en el espacio público se empezó a trabajar con arquitectos paisajistas, que pensaron espacios como la rambla de esculturas que tenemos, el parque de esculturas, que se fue pensando en la vegetación, en que espacio hace falta volumen, en que espacio altura y así se fue pensando el patrimonio que tenemos hoy en la ciudad, son materiales que se pueden emplazar al aire libre".

TAG: ¿Los escultores que compiten en la Bienal saben con qué material van a trabajar?

Gustavo: "El escultor que viene a la Bienal se postula con un proyecto totalmente definido, tiene que saber dimensiones, el título de la obra, presentar un argumento de lo que quiere representar, tiene que presentar 4 caras de esa obra y además en el reglamento está especificado el material y la cantidad de material, todos reciben la misma cantidad, o sea cuando se postulan ya saben con qué van a trabajar".

TAG: ¿Cómo es el proceso para que esas esculturas lleguen a las calles?

Gustavo: "Podemos repasar dos instancias cuando empieza con el Fogón de los Arrieros, eran gestiones muy grandes había que traer esculturas en aviones de Buenos Aires y eran más espontáneas de pensar donde podían ir las esculturas".

Y continúa: "Más cerca en el tiempo, cuando empiezan a aparecer las esculturas, hay una planificación ambiental y estratégica, de hecho, cuando se trabaja en la selección de los escultores, que este año hubo 155 obras de 57 países del mundo, una variable de selección es conociendo lo que ya hay en nuestra ciudad y estimando que le faltaría estéticamente, además se tiene en cuenta el entorno y las relaciones institucionales", por eso resalta que en Resistencia "vas a la farmacia, al banco, a hacer un trámite salís y ves una escultura".

Gustavo destaca que "si querés estudiar la historia de la escultura argentina, lo podés hacer pasando por Resistencia" y que a partir de la existencia de la Bienal "en los últimos 30 años se puso a disposición los ejemplares de la Escultura contemporánea de todo el mundo", una de las distinciones que tiene este concurso es que "ni una escultura de la Bienal sale de Resistencia ni de la provincia, todas tienen como destino final las calles de Resistencia".

Finalmente, Gustavo volvió a hacer hincapié en uno de los grandes fenómenos que hace a Resistencia la ciudad de las esculturas y es la interacción con la ciudadanía: "Cuando hay manifestaciones políticas y sociales, por ejemplo, en pandemia las esculturas tenían barbijos, pañuelos de distintos colores, verdes, celestes, todos, si hay una marcha la gente va escribiendo en una pared se encuentra con la escultura se corre y sigue escribiendo, a la escultura no la toca".

TAG: ¿Cómo se explica ese respeto por la escultura?

Gustavo: "La gente vio hacer esa escultura, la gente conoció al tipo que hizo esa obra, y si la dañas es faltarle el respeto a algo que ves, aprecias, y lo viste nacer. Nosotros desde la fundación lo tomamos como una manifestación artística, consideramos que la gente hace tan suya la obra que decide que sea soporte de sus expresiones y es super valido, porque lo hacen con respeto, es impresionante que las obras sean reflejo de lo que pasa en la sociedad y eso también habla de la calidez y sensibilidad de un pueblo que supo abrazar una idea loca".