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"La marea verde" el fenómeno militante que conquistó el aborto legal, seguro y gratuito en la Argentina
El acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, es un derecho de las mujeres, y también el símbolo de triunfo de una lucha que llevó décadas, aquí se repasará cómo se llegó a la sanción de la ley 27.610, el fracaso en 2018 y los intentos por suspender y hasta derogar esta legislación.
La Ley Nº 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, se sancionó en Argentina en la madrugada del 30 de diciembre de 2020, en medio de manifestaciones por ese entonces aún con barbijos a lo largo y ancho del país, cuyas plazas centrales se dividían en verdes y celestes, tal como ocurrió años atrás en 2018, cuando el proyecto de ley encontró su límite en el Senado de la Nación.
En Chaco la Plaza 25 de Mayo la copó la marea verde, sectores feministas que luchan por el fin del aborto clandestino realizaron una vigilia y ese diciembre se llevaron su triunfo. Dos años atrás había ocurrido lo mismo, pero ese día las militantes se retiraron con lágrimas y un enorme sentimiento de frustración al ver su derecho frenado por la Cámara de Senadores. En esa ocasión celebraron los provida.
Plantear que la interrupción voluntaria del embarazo pueda realizarse en un contexto legal no es una novedad, de hecho en muchos países las mujeres tienen acceso a esa práctica desde hace décadas, sin embargo, no es tán común en Latinoamerica y mucho menos en un país de tradición católica como la Argentina, por eso el debate por la ley del aborto legal, seguro y gratuito sorprendió a la sociedad en el 2018, puso a toda la ciudadanía a discutir cuestiones éticas, religiosas, de salud publica, legales, de derechos humanos y mucho mas.
Fue justamente la lucha de la militancia feminista la que permitió que el tópico llegue al Congreso de la Nación tras décadas de lucha, lo que ocurrió en un Gobierno claramente opositor a la práctica con un Presidente que se expresaba en contra de la legalidad del aborto y había anticipado vetar la ley si ambas cámaras la aprobaban sin embargo, no fue necesario.
En 2018, el feminismo argentino no logró la conquista de un nuevo derecho para las mujeres, pero tuvo un triunfo, al poner el tema en el centro de discusión pública y visibilizar una problemática que afectaba a ciudadanas de todas las clases sociales:la clandestinidad, claramente el contexto de ilegalidad siempre, afecta aún más al sector pobre de la población. La interrupción voluntaria del embarazo siempre existió y eso es lo que se puso en agenda: ¿Continuará clandestino e inseguro o será legal, seguro y gratuito?
Para lograr en primer lugar que el proyecto ingrese al Congreso y en segundo que consiga media sanción, la lucha femenista debió ser transversal, logrando alianzas de diversos partidos, como pocas veces se logra en Argentina. El aborto legal logró concenso general y dio paso así a "la marea verde", quienes apoyaban la interrupción voluntaria del embarazo utilizaban un pañuelo de este color, que transformó en símbolo principal de la campaña, que se extendió por todo el país y hasta trasecendió fronteras.
"Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legar para no morir", fue el lema de campaña instalado desde la militancia feminista aquel año, donde con 38 votos negativos, 31 afirmativos, dos abstenciones y una ausencia el Senado de la Nación rechazó el proyecto de ley. Cabe destacar que así como la "marea verde" instaló su pañuelo, un amplio sector de la sociedad a favor de las dos vidas impuso su simbolo también, los "provida" eran destacados por el color celeste, como se mencionó anteriormente tambien colmaron las plazas y aquel 9 de agosto de 2018 celebraron el triunfo de la vida.
Con un proyecto rechazado por el Congreso y el Ejecutivo en contra, la lucha feminista continuó y así se llegó a 2020, el Gobierno ya era otro, presidía Alberto Fernández quien recibió amplio apoyo de sectores feministas y la vicepresidencia la ocupaba Cristina Kirchner, quien como senadora había votado a favor del proyecto de ley en 2018.
El contexto era completamente distinto, la salud pública ocupaba un lugar central en la sociedad, esta vez porque el mundo entero atravesaba una pandemia en la que miles de ciudadanos perdieron la vida y millones debieron permanecer confinados .
Para diciembre la cuarentena aún era obligatoria, pero estaba flexibilizada, así la "marea verde" volvió a copar las calles, la diferencia esta vez era clara, fue el mismo Presidente de la nación quien envió la ley al Congreso: "Mi convicción, que siempre he expresado públicamente, es que el Estado acompañe a todas las personas gestantes en sus proyectos de maternidad. Pero también estoy convencido que es responsabilidad del Estado cuidar la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo", dijo el exmandatario en ese momento.
Así en la madrugada del 30 de diciembre de 2020, minutos después de las 4 de la mañana, el Senado de la Nación dejó atrás la clandestinidad del aborto y convirtió a la interrumpción voluntaria del embarazo en una practica legal, que se celebró con abrazos, llantos, gritos y muchisima euforia en las plazas de todo el país, la lucha dio sus frutos.
Con 38 votos a favor, 29 votos en contra, 1 abstención y 4 ausencias, Cristina Fernández de Kirchner, presidente del Senado en ese momento, dijo: "Resulta aprobado".
De igual manera, la sanción de una ley no bastó para garantizar el derecho de acceder al aborto seguro. En enero de 2021 entró en vigencia la Ley 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), tan solo una semana después, la jueza Marta Beatriz Aucar de Trotti, a cargo del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 19 de Resistencia, decidió hacer lugar a una medida cautelar, peticionada por Hilda Beatriz Dellamea, Cristina Araceli Chemes, Clelia Mirtha Ávila, Gabriela Monzón y Claudia Mariel Medina, contra la Ley 27.610 y ordenó suspenderla en la provincia.
Los promotores de la medida cautelar argumentaron que la ley de interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, contraria a las normativas de la provincia. La práctica abortiva "restringe, menoscaba, violenta, limita y altera la existencia, el ejercicio y goce del derecho a la vida del niño por nacer, protegido por nuestro ordenamiento jurídico desde la concepción", indicaron en su alegato.
Esta suspensión duró unos meses, hasta que a fines de marzo el Juzgado Civil y Comercial N° 13, a cargo de la jueza Claudia Canosa, desestimó el amparo presentado para declarar inconstitucional la norma y así la ley 27.610 continúa en vigencia hasta la actualidad.
Pero tal como se mencionó previamente, la lucha por acceder al aborto legal y gratuito, lleva decadas, y a pesar de tener una ley que ampare ese derecho parece no acabar. En diciembre de 2023, hubo un nuevo cambio de Gobierno en Argentina. Ahora el ejecutivo está a cargo de La Libertad Avanza, cuyo binomio presidencial se mostró fervientemente a favor de las dos vidas.
Fue así que en febrero de 2024, diputados de LLA presentaron un proyecto en la Cámara Baja para derogar la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. La iniciativa pretendía criminalizar como un delito penal a todas las mujeres que se realicen un aborto y para los médicos que contribuyan en el proceso. Fue presentado por la legisladora Rocío Belén Bonacci, quién contó con el acompañamiento de Lilia Lemoine, Benedit Beltran, María Araujo, Manuel Quintana y quien en ese momento era el jefe de bloque, Oscar Zago.
El proyecto quedó tan solo en los titulares de los diarios, no llegó a avanzar en el Congreso y no contó con el visto bueno del presidente Javier Mieli. El vocero presidencial, Manuel Adorni, desligó al Gobierno de la iniciativa: "Es una discusión legislativa, no es parte de la agenda del Presidente, no ha sido una decisión del Presidente y no ha sido impulsado de ninguna manera por el Poder Ejecutivo" , señaló el funcionario.Y finalmente explicó que el Poder Ejecutivo está "preocupado y abocado en trabajar sin descanso en otros temas que son muchísimo más urgentes".
Así es que la IVE demuestra el resultado de años de lucha feminista y un cambio profundo en el debate social. A pesar de enfrentar intentos de derogación, suspensión y tener gobiernos en contra, el movimiento por los derechos reproductivos de la mujer continúa firme. La historia de la marea verde demuestra que, aunque se haya logrado una victoria legal, la lucha por el derecho a decidir y por el acceso seguro y gratuito al aborto continúa siendo una batalla.
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