Periodista
Caso Lilian Acosta: una muerte que conmocionó a Sáenz Peña y quedó impune
Siete años después del brutal asesinato que conmocionó a Sáenz Peña y a toda la provincia del Chaco, donde se encontró el cuerpo descuartizado de una joven oriunda de Pampa del Infierno, ocurrió un crimen que también marcó profundamente a la comunidad: la muerte de la cosmetóloga Lilian Acosta, residente del barrio Mariano Moreno.
Ambos hechos movilizaron masivamente a la sociedad, con vecinos que tomaron las calles exigiendo justicia. La consternación colectiva llenó las calles de carteles y gritos en una ciudad habitualmente tranquila, llevando incluso a que la Municipalidad declarara la emergencia en seguridad tras el homicidio.
Lilian Acosta fue víctima de un violento robo en su trayecto a casa, pasada las 21:00 horas, cuando dos motochorros la interceptaron en un espacio verde del barrio Mariano Moreno. Uno de los atacantes descendió de la moto y, tras amenazarla con un cuchillo de grandes dimensiones, le exigió que entregara sus pertenencias. Según testigos, la mujer intentó resistirse y el delincuente la apuñaló en la zona abdominal.
Vecinos relataron que, a pesar de estar gravemente herida, Lilian intentó avanzar algunos metros para pedir ayuda, pero se desplomó poco después. Fue asistida de inmediato por los presentes, quienes llamaron a la policía y una ambulancia. Este trágico suceso generó un clamor social que exigía respuestas rápidas de las autoridades policiales y judiciales.
Lilian Acosta, una vecina muy apreciada, dejó un vacío en el barrio y generó una fuerte demanda de justicia. La presión pública fue tan intensa que la policía detuvo rápidamente a dos sospechosos, los hermanos Diego y Carlos Ojeda, quienes luego se comprobó no tenían relación con el ataque. La imputación inicial contra los Ojeda fue "Homicidio en ocasión de robo".
El juicio se celebró en junio de 2018, donde uno de los testimonios más impactantes fue el de un vecino de la víctima, quien relató que escuchó los gritos y acudió en su auxilio, encontrando a Lilian desangrándose. "Si la ambulancia no hubiese demorado tanto, tal vez ella se habría salvado", lamentó el testigo.
Alejandro Balbiano, hijo de la víctima, asistió al juicio con escepticismo, asegurando que "esto está muy lejos de ser justicia" y dudando de que los acusados fueran los verdaderos responsables.
En el juicio, los hermanos Ojeda declararon y rompieron en llanto, negando cualquier participación en el crimen.
UN ASESINATO IMPUNE Y UNA INVESTIGACIÓN FALLIDA
El juicio no logró esclarecer quién fue el autor del homicidio de Lilian Acosta. El fiscal de Cámara, Carlos Rescala, admitió que no había pruebas que "quebraran el principio de inocencia de los imputados", por lo que decidió no acusarlos formalmente. Rescala criticó la investigación, señalando que hubo fallos graves, ya que no se exploraron otras líneas que podrían haber arrojado luz sobre los verdaderos culpables.
La defensa, encabezada por el Defensor Oficial Ariel Juárez, solicitó la absolución de los acusados y el cese de la prisión preventiva. Finalmente, la jueza de la Cámara Segunda en lo Criminal, Fany Zamateo, dictó una dura sentencia en la que absolvió a los hermanos Ojeda y cuestionó duramente el accionar policial.
La jueza Zamateo criticó que la policía no siguió la línea de investigación basada en el avistamiento de una motocicleta sospechosa en el barrio. Además, señaló la falta de búsqueda de los objetos robados a Lilian y cuestionó la relevancia dada al secuestro de prendas con manchas similares a sangre como prueba concluyente.
Con una crítica al sistema policial y a la fiscalía, la jueza concluyó que los acusados debían ser absueltos "in dubio pro reo". En su sentencia, indicó que el caso debía reintegrarse a la Fiscalía de Investigaciones para continuar con las pesquisas y determinar la responsabilidad de otros posibles involucrados.
No obstante, esta recomendación nunca se concretó. La muerte de Lilian Acosta quedó sin investigar y el caso pasó a engrosar la lista de crímenes impunes en la ciudad de Sáenz Peña.
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