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Dylan, el guerrero de Villa Berthet que encontró una nueva vida tras recibir un corazón
Pasaron cinco años de la famosa campaña que llevó a que el pequeño Dylan recibiera su trasplante de corazón. Así es el día a día del menor trasplantado.
Dylan Gómez, tiene 9 años, es chaqueño y sigue dando muestras de fuerza y esperanza. Tras vivir momentos de gran incertidumbre debido a su diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica, Dylan fue sometido a un trasplante de corazón en octubre de 2019. Hoy, su vida y su historia se convirtieron en un símbolo de la importancia de la donación pediátrica de órganos.
Todo comenzó cuando, a los 18 meses, Dylan enfermó de neumonía y fue trasladado de urgencia a Buenos Aires. Fue entonces cuando los médicos diagnosticaron que su corazón estaba gravemente enfermo y que solo un trasplante podría darle una oportunidad de vida.
Fue así, que tras ingresar en la lista de espera nacional en mayo de 2019, su condición se agravó y en agosto le colocaron un corazón artificial Berlín Heart, un dispositivo que le permitió ganar tiempo mientras esperaba un donante compatible. Finalmente, el 7 de octubre de ese año, Dylan recibió el tan ansiado órgano de un niño de 9 años de Salta.
Su padre, Mario Gómez, recuerda que, al volver a su hogar en Villa Berthet en julio de 2020, el recibimiento fue una verdadera fiesta. Con caravanas y vecinos que lo saludaban como un héroe, Dylan regresó a su vida con los cuidados que su salud requería, enfrentando nuevos desafíos con el apoyo de su familia."Mi hijo tiene una fuerza increíble, soportó todo lo que quizá un hombre grande no podría soportar", aseguró Mario.
El camino de Dylan no fue fácil. En el transcurso de su tratamiento, sufrió dos accidentes cerebrovasculares (ACV) debido a las complicaciones del Berlín Heart, lo que afectó su proceso de aprendizaje. A pesar de ello, Dylan asiste al Instituto de Inclusión del Norte, donde recibe apoyo psicológico y psicopedagógico.
Su vida transcurre como la de cualquier niño de su edad: asiste a la escuela, disfruta de las tardes en la plaza, juega a la "balita" y a los autitos con sus amigos y anda en bicicleta. La única diferencia es que, por ahora, sus médicos no le recomiendan practicar deportes de alto rendimiento, por lo que Dylan encuentra otras maneras de canalizar su energía, explicó Mario a Diario TAG.
Cada cuatro o cinco meses, viaja a Buenos Aires para realizarse estudios de control. Gracias a su fuerza y a los cuidados médicos, nunca presentó síntomas de rechazo, y las pruebas demostraron que su organismo responde de manera positiva. Incluso, su resistencia fue tal que se mantuvo saludable durante la pandemia y no contrajo ni COVID-19 ni dengue.
Mario, quien mantiene contacto con la familia del pequeño donante en Salta, asegura que esta conexión entre ambas familias fue un lazo de amor y que, además, tienen la fiel esperanza de que dentro de poco tiempo puedan encontrarse.
Hoy, Dylan Gómez sigue adelante con el corazón y la energía de un verdadero guerrero, mostrando que la vida puede ofrecer segundas oportunidades.
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