Cristina Kirchner toma distancia definitiva de Kicillof y el peronismo entra en un quiebre histórico
La ex presidente avanzó contra el gobernador de la provincia de Buenos Aires, gesto que sus allegados lo perciben como debilidad y desesperación.
Cristina Kirchner apuntó contra Axel Kicillof sin filtros en el sindicato de SMATA lo trató de traidor sin decir esa palabra. Recordó a Judas Iscariote y realizó un retrato del presente comparado con la biblia.
En el grupo que rodea a Kicillof estaban sorprendidos por cómo salió a atacar la ex presidente al gobernador bonaerense. "Se ve que el acto le dolió. El papel que está jugando es muy triste. Se cree Jesús. Está claro que problema de ego no tiene", sostuvo, con ironía, un funcionario de la provincia de Buenos Aires que estuvo en primera fila durante el acto del mandatario bonaerense.
La cronología de los últimos sucesos de la vida peronista explica, con absoluto detalle y precisión, la crisis interna que vive la fuerza política. Kicillof pidió la unidad, Quintela evitó sellar un acuerdo con CFK en el PJ Nacional, la ex mandataria presentó su lista para competir por la presidencia del partido y acusó de traidor al gobernador bonaerense. Punteo acotado de tres días donde hubo una guerra sin trincheras. No se midieron las consecuencias de las palabras y los gestos.
Entre algunos dirigentes cercanos a Kicillof hay una coincidencia en el análisis sobre los sucesos acontecidos. "Lo de Cristina es un gesto de debilidad", sostienen. Y lo argumentan: "Le molesta la centralidad que logró Axel en el acto y que no puede ordenar la interna del PJ". Advierten que, siendo la dirigente más importante del peronismo, no logró el consenso necesario para conducir el partido.
En el kirchnerismo entendieron que el discurso del Gobernador fue una puesta en escena. El lanzamiento de su candidatura presidencial. No le creyeron. El problema no es solo el presente, sino el futuro. Ya no le creen. Algo se rompió.