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Viernes 31 de Enero, 2025
 
 
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El humo se retiraría de la provincia, lo que traerá una baja en la temperatura y lluvias

En los próximos días se prevé que las partículas de humo que sobrevuelan el territorio chaqueño comiencen a disiparse, con la llegada de una masa de aire proveniente del sur.

Desde hace al menos cinco días, la provincia está cubierta por una densa capa de humo causada por los incendios forestales en Bolivia, Brasil y Paraguay, que están generando un fuerte impacto ambiental. En las últimas horas se mencionó la posibilidad de un fenómeno conocido como "lluvia negra". Sin embargo, observadores meteorológicos locales indicaron que es poco probable que llegue a Chaco.

Carolina Fernández López, doctora en Recursos Naturales, observadora meteorológica e ingeniera agrónoma, explicó a Diario TAG: "Estamos recibiendo la columna de humo proveniente del noroeste y del norte de Brasil, pero esta se encuentra en una capa alta de la atmósfera. Para que se produzca la lluvia negra, las partículas deben estar más cerca de la superficie, las nubes deben formarse sobre ellas y la lluvia debe arrastrarlas".

La lluvia negra está asociada a altos niveles de contaminación atmosférica y se caracteriza por precipitaciones que contienen partículas de hollín, cenizas y otros contaminantes. Aunque no siempre tiene un color oscuro, el término se refiere a la lluvia que transporta material contaminante en suspensión. Dado que las partículas están en la capa superior de la atmósfera, es poco probable que este fenómeno se manifieste en la provincia.

Se espera que a partir del 11 y 12 de septiembre, un frente frío avance hacia la región, lo que podría desplazar el humo hacia el norte y permitir el ingreso de aire más limpio, mejorando la calidad del aire en las provincias afectadas. Fernández López añadió: "De acuerdo al pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional, este miércoles deberían ingresar vientos del sur con ráfagas de hasta 50 km/h, lo que ayudaría a despejar el humo".

Ayelén Montserrat Núñez y Guadalupe Retamozo, observadoras meteorológicas de la consultora EPASIG, explicaron que "estas partículas en suspensión actúan como núcleos de condensación, formando gotas de lluvia que, al hacerse pesadas, caen al suelo. La presencia de estas partículas oscurece la lluvia, dándole un color más oscuro".

Es importante distinguir entre la lluvia negra y la lluvia ácida. La primera ocurre cuando las partículas de hollín, cenizas y polvo se mezclan con la lluvia, generando precipitaciones oscuras que afectan la salud y el medio ambiente en áreas específicas. En cambio, la lluvia ácida es producto de la reacción de gases contaminantes con el vapor de agua, lo que forma ácidos que caen con la lluvia, afectando grandes regiones y causando daños más duraderos en los ecosistemas y las infraestructuras.

Hasta la fecha, Bolivia ha perdido alrededor de 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales, con los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz siendo los más afectados. Los indicios de incendios han alcanzado los 58.895, más del doble de los 15.297 reportados el año anterior.

En el Chaco paraguayo, el fuego ha devastado más de 80.000 hectáreas, y los focos de calor en Paraguay suman 17.739 hasta el momento. En Brasil, los incendios han alcanzado los 164.543 focos, aunque esta cifra representa una disminución respecto al año pasado.

Argentina también enfrenta una situación complicada, con 21.170 focos de incendio reportados en las provincias de La Rioja, Córdoba, San Luis y el Delta del Paraná.

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