"Vivo con miedo": el relato de una jubilada cuya casa es usada como "puente" para robar
La mujer tiene 70 años, vive detrás del corralón de la Municipalidad de Resistencia, espacio al que entran a robar pasando por su terreno "todos los días", según su relato.
Justa Romero vive hace más de 60 años, en una pequeña casa en la calle María Monizan, que está situada en un amplio terreno repleto de árboles, que limita con el corralón de la Municipalidad de Resistencia, blanco recurrente para ladrones que ingresan por su vivienda de para llegar a su objetivo final.
La jubilada de 70 años comparte su hogar con su hija, sus nietas de 16 y 18 años y su nieto de 20, por eso "temo por mí y mis nietos, porque pueden entrar y hacernos algo". La realidad es que, hasta el momento, no entraron a robar a la casa de la mujer, pero ingresan constantemente por su terreno y temen que los ladrones algún día avancen hasta el interior del domicilio.
Esta situación comenzó el año pasado, luego por un tiempo la actividad delictiva en la zona cesó, y en las últimas semanas se retomó, sucediendo prácticamente cada día. En un principio los delincuentes ingresaban por la casa del vecino de Justa, pero éste cerró el terreno para que no suceda más, luego de eso fue víctima de un gran robo dentro de su domicilio. Y la mujer cree que lo mismo le podría suceder a ella.
Durante dos días seguidos, Romero vio a un ladrón ingresar por su terreno con las manos vacías y retirarse con ruedas de motos, claramente robadas. Ante este panorama la mujer de 70 años, que pasó por una operación y junto a sus dos hijas decidieron "tapar" su casa, lamentablemente, no fue suficiente.
Así contó "pusimos tarimba, igual esto no paró, rompieron la tarimba y pasaron". Además, esa noche la mujer escuchó el ruido de un motor, "no sé si vinieron con un camión o una camioneta".
Diario TAG acudió a la casa de la jubilada para conocer cómo atraviesa esta situación, Justa vive en una casa chica con un "patio" gigante rodeado de plantas y donde hay una pequeña represa, sin embargo, el agua no detiene a los ladrones y por un camino muy reducido de tierra ingresan al corralón, que limita con la vivienda de Romero, donde actualmente solo se puede observar un gran monte repleto de maleza, justamente allí se aventuran los delincuentes.
Ante la consulta de si sabe quiénes son los ladrones, si pertenecen al barrio, Justa comentó "no conozco a los que hacen esto, por eso tengo miedo, no sé si son de por acá o de donde son". Y agregó que se enfrenta a esta situación "todos los días, no tienen horario y la noche son como hormigas, acarrean cosas", aseguró.
Otra de las grandes preocupaciones de la mujer es que en algún momento puedan inculpar a su familia de los robos que ocurren en la zona. "Temo que nos inculpen a nosotros, que somos los que estamos robando. El único que vive acá es mi nieto, y yo no le voy a dejar que vaya a tocar cosas ajenas", afirmó.
El miedo por su seguridad y la de su familia es constante. "El otro día amanecí con la ventana abierta y mi nieto me dice "abuela, mirá si te pegan un tiro". Yo vivo con miedo, por mí, por mi hija y mis nietos", comentó. A pesar de haber solicitado ayuda a la policía y a la municipalidad, las respuestas fueron insuficientes. "La Policía me dijo que deje nomás porque peligramos nuestra vida, pero están pasando por mi terreno", lamentó.
Finalmente, la jubilada comentó que junto a su familia viven encerradas desde temprano en la noche, con el temor constante de que en cualquier momento alguien pueda ingresar a su hogar. "Nos quedamos encerradas desde las 19:30 o 20:00. A las 22:00 ya entran y yo creo que no van a cesar", concluyó, haciendo un llamado desesperado a las autoridades para que tomen medidas y garanticen la seguridad en la zona.
