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En el baile "hay magia": la historia de Los Nonos la comparsa que recorre el país y el mundo
Este grupo reúne a abuelos desde los 50 y hasta 100 años para bailar, crear sus trajes, sus instrumentos y según el testimonio de los participantes "ser felices".
La Fundación "Los Nonos" funciona desde hace más de 14 años con el matrimonio de Mario Falcón y Sonia Cazzaniga como fundadores y guías, una de las actividades más destacadas de este lugar es la comparsa, un espacio de baile para abuelos, que según Celestina una de las bailarinas "tiene magia".
En un principio, Mario era profesor en colonia de vacaciones para adultos mayores y cuenta que los abuelos "estaban dos semanas, un mes o dos meses y arrancaban la colonia fundidos y cuando salían, tenían muchas pilas y los 3 meses ya estaban caídos otra vez", por eso vio la necesidad de desarrollar actividades durante todo el año.
Así, comenzó "Papel Nonos" un programa nacional donde los adultos mayores creaban sus propios instrumentos con papel y cartón, pero eso no esa actividad no era suficiente, por "la necesidad de sacar a la calle a los abuelos", explicó Mario, entonces junto a Sonia "nos sentamos y pensamos ‘¿qué hacemos ahora?’".
El matrimonio realizó una investigación y descubrió que en Brasil existe la figura de las bahianas, que es una forma de reconocer a sus adultas mayores, que después de haber trabajado tantos años no las retiran, sino que pasan a ser parte de las alas de las comparsas, y "tomamos eso como modelo", cuenta Mario, pero, "hay que hacer algo diferente, sino sería copiado", pensaba Sonia.
De esta manera, pensaron en cómo hacerlo diferente, "con coreografías", explicó Mario porque en Brasil las bahianas "solo hacen giros, no tienen tantos movimientos". Para comenzar con la comparsa Sonia y Mario elegían canciones como "Vivir mi vida" y armaron piezas de bailes con pasos "relentizados".
Sonia contó cómo es hacer una coreografía orientada para abuelos: "Hay que bajar un poco la velocidad, algo que se hace en 8 hay que bajarlo en 4, es decir hay que hacer todo un poquito más lento". La coreógrafa de asegura que ella tiene algo "especial", aseguró: "Escucho la música y me baja la idea con todos los pasos incorporados, no sé de dónde sale, pero sale".
Participar de los carnavales sería solo el principio de la comparsa, "un día Sonia apareció con una idea loca", cuenta Mario. Su esposa le propuso participar junto a los abuelos de una competencia de baile, "imposible", pensó Falcón, pero ella lo convenció y se sumaron al torneo. En ese momento les dijeron "pueden venir a hacer una exhibición, pero no van a competir, les vamos a dar un reconocimiento". Esa exhibición "salió tan bien", recordó la pareja, que los jurados se retractaron y les aseguraron "están en condiciones de competir si ustedes quieren". Ahí Sonia empezó a trabajar en coreografías todos los días, y Los Nonos empezaron a ser requeridos todo el año en iglesias, escuelas, jardines de infantes y más.
Cabe destacar que la puesta en escena de Los Nonos es mucho más que solo una coreografía, uno de sus principales atractivos son sus trajes, cada uno confeccionado por Sonia, que además de coreógrafa es vestuarista y "terapeuta" aseguró una de las bailarinas entre risas.
Con la inspiración de las bahianas brasileras y tres metros de tela Sonia hace los trajes de sus bailarinas, explica que en Brasil son mucho más grandes y que acá con esa cantidad le tiene que alcanzar para hacer un vestido "saco las medidas a la más chiquita, la mediana y la más grande, y así lo hago, toda confección propia". "Hasta aprendimos a hacer zapatos porque en la competencia todos tienen que tener el mismo calzado", aporta Mario mientras muestra unos zapatos dorados de lentejuelas y explica que por juanetes y otros problemas similares los abuelos no consiguen fácilmente como vestir sus pies y por eso lo hacen ellos mismos.
Aquel primer torneo Mario cuenta que "fue una explosión", y "nos empezaron a llamar para participar nos decían ‘nos gustaría tener abuelos’ y así empezamos a ganar torneos nacionales primero y luego internacionales y hoy estamos clasificados para ir a un mundial". Además, a lo largo de estos años, Falcón relató emocionado "tenemos 3 copas México-Argentina, tenemos 3 copas latinoamericanas y una copa Río de la Plata que somos los únicos que la tenemos".
Actualmente, el grupo de bailarines lo integran entre 20 y 30 adultos mayores, sin embargo, planean que la convocatoria sea aún mayor "necesitamos varones", dice la coreógrafa y que es "urgente" para los días que se dedican a folklore y tango.
Justamente como es un lugar de puertas abiertas y en el que necesitan sumar personas se les consultó ¿desde qué edad son los adultos mayores que bailan allí? "En los inicios recibíamos abuelos desde los 60 años, pero fuimos notando que hay personas más jóvenes de 50 inclusive 40 y pico de años que están más complicados y que no tienen una actividad que les mantenga el físico y la mente, entonces decidimos aceptar personas desde los 50 años, pero si viene alguien más joven también puede ingresar", dijo Mario y bromeó: "Y estamos aceptando hasta 100 años nomas".
Por el relato del matrimonio que lleva adelante la comparsa es claro que la fundación Los Nonos no es solo un espacio donde ir a bailar: "Tenemos personas que pasaron por diferentes estados de salud, problemas psicológicos y acá los sacamos de ese ambiente", aseveró Mario.
Y nadie mejor para corroborar las palabras de Falcón que los abuelos que forman parte de la comparsa. Diario TAG se acercó a la fundación para conocer cómo es un día allí y además de Sonia y Mario brindaron su testimonio los bailarines, quienes aseguran que en ese lugar "te atrapa".
Celestina es una de las abuelas que ingresó a Los Nonos con muchas enfermedades y problemas de salud, "me perdía en las calles por un estado depresivo, tomaba 21 pastillas" ahora eso cambió, y asegura que lo que sucede en la fundación "no hay palabras para describirlo".
Juan (uno de los pocos varones) y su esposa Obdulia, se dedicaban a bailar chamamé "a lo chamamé", bromearon, pero Sonia les enseñó cómo moverse, aunque asegura entre risas que "nunca hicieron caso" y hoy sin contar con una gran técnica se dedican a competir junto al resto de los abuelos. La mujer contó que a tan solo 8 días de su llegada a la fundación Mario ya le insistía para ir a una competencia y que, si bien tuvo muchos nervios y temblaba, le gustó, además en un momento se lastimó el brazo y continuó bailando igual, si ellos (Mario y Sonia) no me dejaban bailar yo me quedaba en mi cama y me agarraba depresión, pero no, ellos me permitieron seguir como si no pasaba nada y se los agradezco".
Al relato de su pareja Juan agregó muy conmovido que cuando falleció su madre ya no tenía ganas de bailar, "porque en el campo había mucho respeto había que estar de luto, no tenía que bailar", explicó, pero Mario le dijo que baile y así es que el matrimonio hoy continúa siendo parte del grupo.
Luego, Celestina muy emocionada aseguró que la fundación Los Nonos "te atrapa, tiene imán. Es imposible pasar por acá y decir ‘mañana no vengo más’". Que allí "hay ternura, cuidados y no hay palabras para describirlo", por eso "entramos acá y no queremos salir más". Y dijo muy convencida "a mí personalmente me van a sacar con los pies juntos",
Principalmente destacó el trabajo de Sonia y Mario que les dan "alegría, mimos, acompañamiento en momentos difíciles, siempre preguntan cómo estamos" y con una amplia sonrisa contó "vivimos de fiesta, es una fuente de agua viva", así que "invito a todos los adultos mayores a que dejen esa cama, que dejen de estar mirando televisión y que vengan. Esto tiene magia".
Finalmente, incentivó al resto de los abuelos porque "acá nadie tiene una preparación académica en el baile, ellos nos enseñaron", y en este lugar "te fortaleces".
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