Cruz, candelabros y micrófonos fueron los materiales que se robó un delincuente en una iglesia
El hecho ocurrió en San Isidro, ubicado en la Zona Norte del Gran Buenos Aires. Entraron a robar a una iglesia de Villa Adelina por quinta vez en menos de un año.
La parroquia Nuestra Señora de Luján, ubicada en Villa Adelina, San Isidro, fue escenario de un nuevo robo el pasado sábado, donde un ladrón solitario sustrajo la cruz del altar y dos candelabros, entre otros objetos sagrados. Este lamentable episodio marca el quinto asalto sufrido por la comunidad en el último año, según lo expresado por el padre Luis, líder espiritual de la iglesia.
El incidente tuvo lugar en el templo situado en la calle Independencia al 1800, generando un profundo pesar en la comunidad, especialmente al llevarse la cruz del altar. Durante el robo, que ocurrió mientras un grupo participaba en clases de catequesis, el perpetrador, aparentemente conocedor del lugar, se llevó diversos objetos y los guardó en una mochila.
El padre Luis destacó que, por primera vez, lograron capturar imágenes del robo a través de las cámaras de seguridad, aunque esto no impidió que el ladrón se llevara objetos de devoción y micrófonos del lugar. En anteriores ocasiones, la iglesia fue despojada de una silla, una mesa e incluso un banco del coro.
Este nuevo suceso llevó a la parroquia a replantear sus medidas de seguridad y horarios de apertura, sumándose a otras iglesias que tomaron medidas similares debido a robos anteriores. El valor económico de lo sustraído es considerado de menor importancia en comparación con el significado espiritual de los objetos para la comunidad.
Tras denunciar el hecho a las autoridades, el padre Luis hizo pública la situación en redes sociales, con la esperanza de que el responsable se arrepienta y devuelva los objetos robados, así como para informar a la comunidad sobre la necesidad de cerrar la parroquia como medida de precaución. La cruz, con años de historia y significado para la comunidad, representa el mayor dolor para la parroquia, más allá de la pérdida material.
