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Música para Volar: una experiencia sensorial para los amantes de nuestro rock
El recorrido del proyecto que comenzó con la intención de tocar una única vez pero que terminó recorriendo todo el país y el exterior.
Hace 12 años, cuatro músicos de Rosario se propusieron armar un espectáculo en el que se iba a interpretar el unplugged de Soda Stéreo "Comfort y música para volar". El plan era presentarlo el 12 de octubre de 2012 pero ese mismo día tuvieron que agregar otra función por la alta demanda. Años después, siguen acumulando funciones y escenarios.
Esta misma presentación va a realizarse en Resistencia este sábado 23 de marzo, con doble función a las 21 y las 23 horas, en la Casa del Médico (Av. Ávalos 450).
Jose Matteucci (batería y voz), Alexis Thompson (guitarra), Julieta Sciasci (bajo y coros) y Bruno Moreno (piano), van a estar sobre el escenario de Resistencia una vez más. Anteriormente tocaron en el Domo del Centenario y el Guido Miranda con espectáculos sinfónicos. En esta oportunidad, será la banda junto a colegas interpretando los arreglos de violín y violonchelo.
"Es uno de los discos más hermosos de la historia del rock latinoamericano y lo vamos a tocar de manera íntegra, respetando todos los arreglos y la sonoridad que lo hacen único", contó José Matteucci.
Pero no solo la sonoridad va a estar en juego sobre el escenario, la propuesta es de una experiencia sensorial e incluye secuencias de la filmografía de Stanley Kubrick que, según describió el músico, están ahí para "proponer una especie de juego surrealista".
"Es una especie de dispositivo que armamos para que uno pueda dejarse llevar por la música y, paralelamente, por las imágenes y ver si de esa manera se termina de desordenar la lectura, el desafío es poder ver si a estas canciones que tenemos tan escuchadas y que son tan queridas, también le podemos entrar por otra ventana para encontrar nuevos sentidos ahí", relató.
Remarca que "es un gran agradecimiento y una manera de expresar nuestro amor por esa obra. Cuando nosotros arrancamos Cerati todavía estaba vivo y estaba internado, nosotros sentimos esa conexión con la música y también con la situación de la persona".
"Es un gran agradecimiento y una manera de expresar nuestro amor por esa obra".
En este sentido, todo el respeto transmitido en los espectáculos de Música para Volar, fueron devueltos en forma de reconocimiento, por parte del público y de una persona en particular: "En un momento, cuando estábamos tocando en el teatro Gran Rex, tuvimos la suerte de que venga a escuchar el concierto una de las hermanas de Gustavo Cerati y para nosotros fue recontra movilizante y hermoso después poder encontrarnos en camarines después del concierto", contó Matteucci.
EL PRIMER PROYECTO
"Nuestra idea era no hacer una banda, porque los cuatro integrantes tenemos distintos proyectos y somos músicos muy inquietos y activos. En aquel momento me acuerdo que me llamó el guitarrista Alexis Thompson, me propuso hacer algo y me dice "quiero que toques la batería pero que además cantes" y como me cuesta mucho decir que no, dije que sí y lo tomé como un desafío", contó Matteucci.
Una vez que se consiguieron los músicos y se definieron los roles, comenzaron los ensayos durante varios meses. A la gente le gustó la propuesta, compraron todas las entradas y se tuvo que agregar una función más. Después de eso tuvieron que asumir las consecuencias y reconocer que "se armó algo maravilloso".
De todas maneras, recuerda que "no queríamos ser una banda tributo, no queríamos recrear escénicamente a otra banda, queríamos de alguna manera que no pase tanto por nuestros cuerpos sobre el escenario" y fue ahí donde surgió la idea de sumar lo visual para que "la gente se deje llevar".
"Con las imágenes se cerraba un círculo para ver qué pasaba con esas imágenes que son muy potentes y que ya se han convertido en una especie de arquetipo, son las imágenes que pueblan nuestros sueños, son totalmente icónicas, entonces eso permite que uno las haga jugar de muchas maneras", destacó.
En ese punto ya estaba la decisión de seguir con el proyecto y comenzó un camino que los llevó a recorrer todas las provincias del país, pero también Uruguay, Paraguay y Chile. Hoy ya llevan hechos 11 espectáculos diferentes y este año estrenan uno más, con repertorio de Charly García, Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez.
UNIENDO GENERACIONES
Música para Volar toma las obras de los grandes maestros de la canción del rock nacional, que es la misma con la que sus integrantes crecieron y con las que tuvieron el primer deseo de dedicarse a la música.
"Es nuestra escuela y son las canciones que mueven en nosotros fibras muy íntimas, las consideramos una obra casi sagrada", describió Matteucci.
Pero, como siempre se repite, el arte trasciende el tiempo y estas canciones llegan a todas las generaciones. Para Matteucci tiene que ver con "la calidad y la nobleza de esta obra, es maravilloso ver como hay mucha cosa intergeneracional, uno ve obviamente a las personas que vivieron el momento en el que esa música salía pero también vienen chicos de 20 años para descubrirlas en vivo por primera vez".
"Yo creo que abarca abuelos, padres e hijos que se pueden sentir interpelados por las mismas canciones y de repente coincidir en un concierto. Con la música de Charly pasa eso, los primeros discos son a principios de la década del 70, Spinetta lo mismo, es un recorrido, es casi una vida", remarca el músico.
"Vienen chicos de 20 años para descubrir (las canciones) en vivo por primera vez".
Finalmente, reflexionó sobre cómo convive esta música con las propuestas de las nuevas generaciones: "Hay una mirada de los jóvenes que están haciendo música ahora, hasta tratando de desligarse de esa tradición, pero hay un respeto y una veneración por esa música que tiene que ver con el lugar que se ha ganado por la calidad, por la belleza, por el compromiso artístico que tenían".
Más allá de la edad, claro está que Música para Volar ofrece todos los componentes necesarios para disfrutar de un buen espectáculo, de la música y las sensaciones que permiten dejarse llevar por la música que regala alas.
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