Becaria de la UNNE encamina ensayos para una nueva terapia contra mordeduras de yarará
Giuliana Blanco, estudiante de Bioquímica de la UNNE y con Beca de Estímulo a la Vocación Científica, lidera un proyecto de investigación que busca mejorar la terapia contra mordeduras de yarará mediante el estudio de compuestos orgánicos.
En la búsqueda de soluciones innovadoras para el tratamiento de mordeduras de serpientes del género Bothrops, Giuliana Blanco, estudiante de Bioquímica de la UNNE, se embarcó en una investigación que podría revolucionar la manera en que se abordan estos accidentes. Con un enfoque pionero, Blanco, respaldada por una Beca de Estímulo a las Vocaciones Científicas (EVC-CIN), está llevando a cabo ensayos preliminares para identificar compuestos con potencial terapéutico como complemento a la terapia antiofídica convencional.
Los datos epidemiológicos revelaron la urgencia de encontrar soluciones efectivas, especialmente en regiones como el norte de Argentina, donde las mordeduras de yarará representan la gran mayoría de los casos, ya que, según lo indicado, pueden superar los 150 casos por cada 100.00 habitantes al año, siendo las del género Bothrops las predominantes en un 96,6 por ciento.
Actualmente, el tratamiento estándar implica la administración de antiveneno específico, pero este enfoque presenta limitaciones, como posibles reacciones adversas debido a su naturaleza heteróloga, al ser producidas en un organismo diferente al afectado (generalmente en caballos).
El proyecto de investigación, además de ser liderado por Blanco, está dirigido por la doctora Claudia Carolina Gay, y co-dirigido por la doctora Silvina Echeverría, ambas investigadoras del Laboratorio de Investigación en Proteínas (LabInPro) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE y que, a su vez, forma parte del Instituto de Química Básica y Aplicada del Nordeste Argentino (IQUIBA-NEA), de doble dependencia CONICET-UNNE.
El propósito del estudio se centra en neutralizar las toxinas responsables de los efectos adversos más graves de las mordeduras de yarará, como hemorragias y necrosis. Para ello, se está explorando una variedad de moléculas orgánicas, tanto naturales como sintéticas, con la esperanza de encontrar un inhibidor efectivo de las metaloproteinasas presentes en el veneno de Bothrops alternatus.
Tanto Gay como Echeverría, son expertas en el estudio de proteínas venenosas, y junto con la estudiante Blanco han iniciado una serie de ensayos in vitro para evaluar el potencial de estos compuestos. Los resultados de estos ensayos serán cruciales para seleccionar un candidato para pruebas posteriores en modelos animales.
La becada Giuliana Blanco enfatizó en la importancia de este enfoque y afirmó: "La inhibición de toxinas por compuestos naturales y/o sintéticos puede representar un valioso complemento para la terapia antiofídica, principalmente con el fin de mitigar los efectos locales del envenenamiento". Esta declaración respalda la larga tradición de utilizar extractos de plantas en el tratamiento de mordeduras de serpientes, con más de mil especies identificadas como potencialmente beneficiosas en este contexto.
Con resultados que se esperan en los próximos meses, el proyecto de investigación promete aportar nuevos conocimientos sobre tratamientos más efectivos para mordeduras de yarará. Una vez completado, este estudio podría allanar el camino para una terapia más avanzada y precisa, ofreciendo esperanza a las comunidades afectadas por estos accidentes comunes pero peligrosos.
