El peronismo sufrió la mayor derrota en un balotaje regional de los últimos años
La diferencia de Milei con Massa de más de 11 puntos marca contraste con los resultados ajustados de Brasil, Colombia y Ecuador.
En la segunda vuelta del domingo el kirchnerismo hizo una elección histórica pero la verdad es que "hizo historia" porque sufrió una derrota récord: la ventaja de 11.6% de los votos que obtuvo el libertario por encima de su rival, Sergio Massa, es la mayor en los balotajes latinoamericanos de los dos y tres últimos años, donde las elecciones de segunda vuelta marcaron resultados ajustados, sumamente polarizados.
Para el caso, la derrota psicológica es doble si se tiene en cuenta que el kirchnerismo se ilusionaba este domingo con una final como tuvo Brasil en 2022. Allí, en un ajustado balotaje Luis Inacio Lula da Silva frustró el intento de Jair Bolsonaro de reelegirse.
El amigo y aliado del kirchnerismo, en el que Massa ahora se apoyaba, obtuvo el 50,9% contra el 49.1% de Bolsonaro, aliado de Milei. Fueron menos de 2 puntos de ventaja.
La abultada diferencia entre el balotaje de Milei y Massa de los ultimo cinco balotajes que vivió Sudamérica es sólo comparable con último de Chile.
Es una diferencia casi calcada con la de Argentina. En diciembre de 2021 Gabriel Boric se impuso por el 55,87% de los votos, con su alianza de izquierda, sobre el 44.13% de la alianza de derecha de Antonio Kast. Fue una diferencia de 11.7 puntos cuando ahora la de Milei sobre Massa fue de 11.6 puntos.
El kirchernismo bate récords ahora contra sí mismo en el sentido de que la contienda electoral de 2015, Mauricio Macri ganó en segunda vuelta a Scioli por un 51.3% de los votos contra un 48.6% de Daniel Scioli. El líder del PRO revirtió con ese triunfo la primera vuelta. La diferencia en el balotaje fue por un estrecho margen de 2,7%.
En este contexto, se abre una nueva situación en la política. Argentina hoy es un país donde el Congreso pasa a estar sumamente fragmentado, como en Brasil, Perú y Chile.
Milei deberá por un lado sostener su alianza electoral que tejió con los sectores duros del PRO, y por el otro, avanzar en una alianza parlamentaria que todavía está construcción.
