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Viernes 31 de Enero, 2025
 
 
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Mediante una nueva carta Marcela Acuña busca aliarse con mujeres policías y volvió a victimizarse

Marcela Acuña volvió a escribir desde la cárcel donde reiteró su pedido por ver a Emerenciano y César Sena, allí, afirma que está presa por amor a su hijo. Además, habló de como fue su estadía en el Departamento de Violencia Familiar y de Género, donde denunció como la trataron y las condiciones de trabajo de las mujeres policías. 

Este lunes 24 de julio, Marcela Acuña escribió una nueva carta desde la cárcel donde reiteró su pedido por ver a Emerenciano y César Sena, allí, afirma que está presa por amor a su hijo. Y principalmente relata las problemáticas de las mujeres policías que trabajan en el Departamento de Violencia Familiar y de Género, primera dependencia donde estuvo detenida, buscando hacer política desde el encierro 

En su texto, la líder piquetera se refiere a la oficial Gómez, quien está a cargo del Departamento de Violencia Familiar y de Género, y denuncia la forma en la que fue tratada en ese primer tramo de su detención: "Fue un tramo complejo, todas mis garantías y derechos fueron anulados al punto de sacarme libros y todo lo relacionado a la escritura", manifestó Acuña y recordó que por eso inició su huelga de hambre, "que no fue controlada en materia de salud, pero si era controlada rigurosamente por orden de esta señora", reclamó.

En este sentido, la imputada por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, relató principalmente como es la realidad de las mujeres policías que trabajan allí, evidenciando sus problemas en lo que pareciera ser un intento de representarlas y hacer oír su voz, "dentro de ese ámbito además de estar yo como presa, estaban las policías femeninas, quienes tenían mucho miedo a su superior la señora Gómez", aseguró Acuña. 

Además, la piquetera destacó que las policías tenían buen trato con ella, y siguió hablando de cómo es el trabajo de esas mujeres: "Tuvimos charlas con el personal policial y pude observar un destrato humano hacia ellas" sentenció, pareciera en busca de representarlas. "Que por lo que analice es propio de la misma la fuerza policial y que necesariamente se debe modificar", reclamó, en lo podría ser una intención por hacer política desde el encierro.

En ese orden continuó: "Mujeres policías que no tenían donde dejar a sus hijos sobre todo de 0 a 4 años, solas que ante la recarga de horas acudían a vecinos o parientes, que han vivido el fallecimiento de familia en servicio y no le permitieron salir a despedir a sus seres queridos, que daban de mamar a sus bebes y que también habían tenido problemas para salir a dar el pecho a sus hijos", denunció sobre las condiciones de trabajo de las mujeres policías. 

En esta carta particularmente, se extendió mucho sobre la realidad de las policías: "Escondían su condición sexual (lesbianas) por temor a ser discriminadas o maltratadas. Mujeres que quieren estudiar y deben hacerlo a escondidas, ya que, no hay tiempo para eso en la fuerza. Mujeres que no están de acuerdo con decisiones autoritarias por parte de superiores, pero deben acatar a riesgo de ser sancionadas o tener recarga de horas.  Son estigmatizadas por ser bonitas y estar siempre arregladas. Mujeres inteligentes que jamás pueden aspirar a ocupar altos rangos que ocupan los hombres", finalizó el reclamo.

También en este sentido Acuña apuntó contra el Estado y dejó una interrogante: "¿Cuánto le puede salir al gobierno un jardín de infantes para que todas las mujeres policías sin excepción tengan donde dejar a sus hijos en horario de trabajo?". 

En ese orden continuó con su enfado hacia los políticos en defensa al personal policial femenino y también en defensa a su trabajo como piquetera, pues dice que los gobernantes envían a las policías a reprimir: "No se olviden del personal  femenino, son mujeres, madres muchas, y cuando los políticos las necesitan a ellas van ordenando lo que deben hacer, inclusive haciendo que repriman al pueblo, cuando son ustedes los gobernantes, no ellas, son sus cuerpos y sus vidas lo que ponen por un sueldo que no cubre la canasta básica", concluyó Acuña.

En otro apartado de la carta, Marcela Acuña, insistió con su pedido de ver a su esposo y su hijo, y manifestó el dolor que siente ante la negativa del fiscal Jorge Cáceres Olivera."Me duele como madre y como esposa (sabiendo que mi marido está muy enfermo), hace que transforme esa negativa incomprensible, en sensaciones donde el dolor y la tristeza". 

Además, la progenitora de César Sena, principal acusado por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, dijo estar presa por su labor de madre: "El amor que hoy me tiene encerrada aquí adentro, si el amor, porque el amarlo a mi hijo y protegerlo me hace una delincuente para el fiscal", escribió negando su culpabilidad en el hecho.

Así finalizó la carta, reiterando esta solicitud, "sigo insistiendo por esta vía ver a mi hijo y a mi marido, esperemos que sea pronto, mi corazón lo reclama. Con la ternura de siempre, Marcela". Y sentenció: "Presa por ser mamá y piquetera". 

LA CARTA COMPLETA 

La negativa de la fiscalía 4, … que ..parte del fiscal Cáceres Olivera, a que pueda ver a mi hijo y a mi marido, esa … que me duele como madre y como esposa (sabiendo que mi marido está muy enfermo), hace que transforme esa negativa incomprensible, en sensaciones donde el dolor y la tristeza me hacen ver otras situaciones que desde mi corazón y el amor que hoy me tienen encerrada aquí adentro, si el amor, porque el amarlo a mi hijo y protegerlo me hace una delincuente para el fiscal y eso, el amor es un causal para estar privándome de la libertad es así tan simple como la misma palabra, amor, lo cual hace que me calle  y reclame. 

De allí que me atrevo a plantear vivencias de esta nueva experiencia de prisión, que me va mostrando realidades las cuales ignoraba y mi misma posición de saberlo me hacía impenetrable. 

En el estamento donde estuve detenida las primeras semanas, a cargo de una señora de apellido Gómez, fue un tramo complejo y difícil, todas mis garantías y derechos fueron anulados al punto de sacarme libros y todo lo relacionado a la escritura, en ese contexto estaba haciendo una huelga de hambre (sin salida) que no fue controlada en materia de salud, pero si era controlada rigurosamente por orden de esta señora Gómez que puso mujeres femeninas dentro de donde estaba alojada como también dentro del baño cuando me higienizaba, según ella, por orden del fiscal Cáceres olivera. 

La situación era incomprensible y deplorable, dentro de ese ámbito además de estar yo como presa, estaban las policías femeninas, quienes tenían todo un trato cordial con mi persona y mucho miedo a su superior la señora Gómez. 

En esos lapsos de encierro tuvimos charlas con el personal policial y pude observar un destrato humano hacia ellas que por lo que analice es propio de la misma la fuerza policial y que necesariamente se debe modificar. 

Mujeres policías que no tenían donde dejar a sus hijos sobre todo de 0 a 4 años, muchas solas que ante la recarga de horas acudían a vecinos o parientes, mujeres que vivido el fallecimiento de familia en servicio y no le permitieron salir a despedir a sus seres querido, mujeres que daban de mamar (el pecho) a sus bebes y que también habían tenido problemas para salir a dar el pecho a sus hijos. Mujeres que escondían su condición sexual (lesbianas) por temor a ser relegadas, discriminadas o maltratadas, mujeres que quieren estudiar y deben hacerlo a escondidas o dejan de estudiar ay que no hay horarios ni tiempo para eso en la fuerza, mujeres que no están de acuerdo con decisiones autoritarias por parte de superiores pero deben acatar a riesgo de ser sancionadas o tener recarga de horas, mujeres que son estigmatizadas por ser bonitas femeninas y estar siempre arregladas, mujeres inteligentes que jamás pueden aspirar a ocupar altos rangos que ocupan los hombres, siempre ocurre algo quedan afuera o en segundo lugar. 

Casos reales, en poco tiempo de mujeres llorando por no poder estar con su pequeño hijo enfermo, porque no se lo permiten. Caso de una mujer policía que no quiso estar metida en mi visita, donde estaba y9ocoin mis afectos en esos pocos minutos que me permitían, dejo que vivamos ese abrazo u el llanto en soledad, poniéndose lejos, mirando desde lejos, la jefa entro y la reto, más tarde me enteré que de castigo le recargaron horas dejándola hasta las 24 horas. 

Digo estamos hablando de un estamento "contra la violencia de género" donde las trabajadoras son conducidas con tal rigor que a mi humilde criterio se pierde noción de donde y para que se está. 

Indefectiblemente ¿Cuánto le puede salir al gobierno un jardín de infante como el que nosotros solos hicimos en el barrio Emerenciano para que todas las mujeres policías sin excepción tengan donde dejar a sus hijos en horario de trabajo? Y que ese jardín funcione las 24 horas del día ¿Saben la tranquilidad que darían a cientos de trabajadoras? Recarga de horas, allanamientos, operativos, horas que no son manejadas por ellas y que deben tener a la tranquilidad de que sus hijos están asistidos por personal docente calificado.  Algunas pagan jardines privados como solución, pero es un costo duro ya que apenas llegan a fin de mes. 

Ahora a los que prometen y deberían cumplir y están en un proceso de elecciones, no se olviden del personal policial femenino, son mujeres, madres muchas, y cuando los políticos del color que sean las necesitan, lo mismo los fiscales, a ellas van ordenando lo que deben hacer, inclusive haciendo que repriman al pueblo, cuando son ustedes los gobernantes, políticos y fiscales los que ordenan, no ellas, son sus cuerpos y sus vidas lo que ponen por un sueldo que no cubre la canasta básica, lo menos que pueden hacer es delinear políticas realmente inclusivas y crear un estamento educativo público (jardín) para el personal policial femenino, sería solo un punto de partido, de mucho que hay que modificar en las fuerzas policiales, pero sería un comienzo. 

Vaya mi agradecimiento al trato humanitario, en condiciones complicadas, que tuve en el estamento "contra la violencia de género", donde me envió el fiscal, al personal policial subalterno femenino, a la jefa señora Gómez lamento que le haya molestado mi presencia una pena su actitud. 

Estaré privada de libertad, pero jamás mi pensamiento será censurado es lo que aprendí de mi padre, el doctor Saúl Andrés Acuña y del amor de mi vida Emerenciano Sena.  Desde ya sigo insistiendo por esta vía ver a mi hijo y a mi marido, esperemos que sea pronto, mi corazón lo reclama. Con la ternura de siempre, Marcela.

Presa por ser mamá y piquetera.

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