La compra de Marcela Acuña a días del crimen de Cecilia: un celular nuevo, por $ 230 mil en efectivo
La fundamentación de la imputada es que su viejo aparato "se mojó", sin embargo, la Fiscalía cree que Marcela y César Sena intentaron hacer desaparecer cualquier rastro del crimen de Cecilia Strzyzowski.
Marcela Acuña y César Sena fueron captados por las cámaras de seguridad de un comercio de electrónicos de Resistencia comprando un nuevo celular, en la mañana del martes 6 de junio, días después del crimen de Cecilia Strzyzoswki.
Pagaron en efectivo una suma de $ 234.999.
Alrededor de las 8:30 de la mañana de ese martes, la líder piquetera y su hijo de 19 años, ambos imputados por el presunto asesinato de la joven de 28 años, ingresaron a un local Musimundo de la ciudad y "procedieron a la compra del aparato telefónico", estableció la Fiscalía.
"Ello hace presumir que se deshicieron de los teléfonos que tenían con anterioridad a la muerte de Cecilia, haciendo desaparecer así cualquier rastro del delito", reza la hipótesis del Equipo Fiscal.
Cecilia Strzyzowski fue asesinada el pasado viernes 2 de junio en la casa de la familia Sena, según la teoría planteada por la Fiscalía. Desde esa fecha, los siete imputados habrían colaborado con la desaparición del cuerpo y diversas evidencias, como los teléfonos celulares.
Según declaró la "mano derecha" de Emerenciano Sena, Gustavo Obregón, ante los fiscales, César Sena le pidió que descarte su teléfono celular, luego de que incineraran, presumiblemente, el cuerpo de Cecilia en la chanchería.
Obregón había declarado que se comunicó con Marcela Acuña por mensajes el día del crimen, 2 de junio, donde la líder piquetera le pedía que colaborara con César para deshacerse del "bulto" que había en la casa, un cuerpo.
"A eso de las 17:00hs, me llega un mensaje de la señora Marcela Acuña, de WhatsApp, donde me escribe: ‘Andá a ver a casa, parece que hay un cuerpo y tengo miedo porque a César lo vi lastimado, nosotros estamos por salir con Emerenciano, nosotros nos vamos al barrio’", declaró Obregón el pasado 16 de junio.
"Si, señora, parece que hay un cuerpo", le había respondido el hombre luego de inspeccionar la casa de Santa María de Oro al 1460 y viera "un bulto". "Esperalo a César, no le digas nada porque no quiero que se asuste. Si tenés que hablar con Fabiana (González, su pareja), hablá. Que no se entere de esto Emerenciano", fue la respuesta de la líder piquetera.
Luego de ese intercambio, Obregón ayudó a César a deshacerse del cuerpo de Cecilia. A la semana siguiente, relató el imputado, "la familia Sena ya había cambiado sus celulares". En ese contexto, César Sena le pidió que hiciera lo mismo.
"César, ese día del allanamiento que a él le dictan la orden de captura, me manifestó personalmente que yo tenía que cambiar mi celular. Yo le respondo que el celular no lo iba a cambiar y que de última le sacaba el chip. Entonces ahí, di de baja mi línea llamando a personal y posteriormente le saco el Chip a mi celular y destruyo el SIM", declaró Obregón.
De la misma manera actuó Marcela Acuña, quien comenzó a elaborar una coartada en torno al cambio de su teléfono días posteriores al crimen de Cecilia. Los celulares y su posterior descarte fueron clave para la construcción de la coartada de los acusados de haber asesinado a la joven de 28 años.
Luego de los impactantes mensajes que relató Obregón y que convierten a Marcela en cómplice directa del crimen, la líder piquetera comenzó a anunciar a su entorno que su teléfono celular se había "mojado". Fue con su hijo César a Musimundo el 6 de junio, compró uno nuevo en efectivo, y descartó el anterior. Inclusivo cambió su número.
"Hermana comunicate a partir de ahora con este número, porque el otro se mojó", le escribió Marcela a su hermana Patricia Acuña días antes de la toma de la Comisaría Tercera. Todos, por "diferentes motivos" fueron cambiando sus números y equipos.
"Llama poderosamente la atención que días posteriores al hecho, César y su madre Marcela Acuña compran un nuevo teléfono celular, conforme surge del Informe de Ayudante Fiscal de comisión en el local de Musimundo (…) Ello hace presumir que se deshicieron de los teléfonos que tenían con anterioridad a la muerte de Cecilia, haciendo desaparecer así cualquier rastro del delito", señaló el Equipo Fiscal Especial en el requerimiento de prisiones preventivas.