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Antonela Altamirano días antes de ser asesinada: "Si me llega a pasar algo, vos sabés quién es"
La maestra jardinera de Quitilipi fue encontrada sin vida junto a otro hombre en la galería de una casa. El principal apuntado es su ex pareja de toda la vida, Francisco "Pachi" Escalante.
Antonela Altamirano salía todos los días a las 8 de la mañana, momento en el que dejaba a sus hijas en el jardín y la escuela e iba a hacer lo que amaba: ser profesora de nivel inicial. Para las 12, volvía a su casa para almorzar con sus hijos, y luego por la tarde los llevaba a sus respectivas actividades. En las noches preparaba sus actividades para los niños con los que trabajaba. Pero un miércoles 8 de marzo, los alumnos del Jardín n° 252 sentirían la ausencia de su maestra.
Emocionada por el cargo que consiguió en la institución, Antonela trabajaba todas las mañanas como siempre lo hacía. El anhelo de conseguir su empleo y su propio dinero se hizo realidad. Sin embargo, fue Francisco "Pachi" Escalante quien no se alegró de la noticia.
"Empeoró en los últimos tiempos, cuando ella agarra su trabajo estable, cuando se empezó a independizar sola. Antes que nazca la más chica, (más de 3 años), ya venían con problemas que se separaban, volvían y así", contaron desde el entorno de Antonela a Diario TAG.
La relación que mantenían desde los 13 años, poco a poco se fue quebrando a medida que ella lograba independizarse. "Le reclamaba por las salidas y tema de plata. Cuando consiguió trabajo él (Francisco) no les daba más plata a los hijos, "que se encargue ella, si ella tiene su sueldo", sostienen allegados a la víctima.
La violencia cada vez escalaba más y más, al punto de que había momentos donde ella "ya no quería ni venir donde estábamos nosotros por miedo a que nos llegue él. Siempre decía ‘nos va a llegar y hacer volar la cabeza a todos’".
LA PREMONICIÓN DE UNA TRAGEDIA
Cuatro días antes de que Antonela Altamirano y Evaristo de Saux aparecieran muertos en la galería de la casa, la maestra jardinera habló con una de sus amigas, como si supiese de antemano la historia que se vendría. "Si me llega a pasar algo, vos sabes quién es", lanzó.
"Vivía con muchísimo miedo. Cuando ella estaba cada dos segundos le robaban las cosas, le tiraban cascotes, un caos vivía. Y ahora no pasa nada, está todo ahí. No dormía, toda la noche le vigilaba la casa, ella con el temor que tenía a cuadras escuchaba la moto. Ese es el otro que anda rondando por acá", decía con temor.
"LE AGARRÓ DEL BRAZO Y LA SACÓ"
Una de sus amigas relató un hecho estremecedor que vivieron, cuando decidieron salir a tomar algo en un feriado a Nomade, un lugar de comida de Quitilipi. "La sentíamos nerviosa. ‘¿Anto que te pasa?’, le dijo ella, que presentía lo que podía y efectivamente pasó.
Por la puerta entro Francisco Escalante, que repentinamente la agarró del brazo, le habló al oído y la sacó del lugar. "Nosotros nos quedamos heladas. No sabíamos que hacer del miedo que le teníamos, hasta el día de hoy", sostuvo.
Además, aseguraron que Escalante la seguía constantemente al punto de que le empujaba de la moto en plena calle y le sacaba continuamente el celular. También, lo acusaron de que no cumplía los regímenes de visita que la Justicia había establecido para ambos.
EL DESGASTE DE LA RELACIÓN
"La relación de violencia empezó hace dos años. Este último tiempo fue de terror, era una cosa que ella me decía ‘está todo muy tranquilo y ya me asusta’. Todos los días era un problema diferente", aseguraron desde su entorno.
Luego de los maltratos y con tres hijos de por medio, la relación se deterioró a tal punto que Antonela Altamirano "dijo basta en noviembre. Siempre era el tire y afloje con denuncias, y a lo último logró ponerle supuestamente una perimetral que no fue perimetral porque acá negociaron todo. Acá son un desastre, una mierda. Desaparecieron las denuncias, como seis tenía", aseguraron.
"NO DORMIMOS BUSCANDO JUSTICIA"
"La recuerdo con esa sonrisa, por más problemas que ella tenía, siempre trataba de estar bien y demostrar que estaba bien. No tenía maldad para nada. Todos la conocían", dijeron desde su entorno.
Además, remarcaron que Evaristo de Saux no tenía una relación con Antonela, ya que ella nunca habló de él ni se los vio juntos. "Es mentira… Nosotros suponemos que cómo él vive cerca la quiso defender".
Todos los 8 de cada mes realizan una movilización en Quitilipi para pedir justicia por la muerte de Antonela Altamirano, que ahora permanece en la memoria de su familia, amigos y sus tres pequeños.
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