Un testigo clave complicó aún más a Máximo Thomsen
En el quinto día del juicio sobre el asesinato de Fernándo Báez Sosa, Mariano Orlando Vivas, afectivo policial de Villa Gesell que actuó en la causa, aseguró Máximo Thomsen manifestó que la zapatilla ensangrentada incautada en el pertenecía a Pablo Ventura. Esta sentencia por parte del rugbier luego se supo que era falsa.
El fiscal a cargo del caso preguntó al testigo si mientras realizaban el allanamiento se involucró a alguna persona ajena a las que estaban allí. "Uno de ellos manifiesta que a Pablo Ventura" , dijo Vivas. Luego, el funcionario judicial consultó al testigo si podía identificar a quien había realizado esa afirmación. Vivas, sin dudar, dijo: "Sí. Thomsen".
El dato expresado por Vivas recobra una gran enorme, ya que la misma no es parte del expediente,no figura en la elevación a juicio y la familia Ventura o los fiscales jamás lo supieron. Ahora, frente al tribunal, un testigo de primera mano demuestra la estrategia que tuvieron los rugbiers aquella mañana del 18 de enero, horas después de haber asesinado de manera brutal a Fernando Báez Sosa.
Esto es un importante dato que se suma a la cantidad numerosa de testigos que acusa a Máximo Thomsen como uno de los máximos responsables en la muerte del joven Báez.
