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Viernes 31 de Enero, 2025
 
 
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La guerra de la media res: el conflicto que mantiene en vilo al sector de la carne

Una gran grieta se abrió en el sector cárnico argentino por el advenimiento de un nuevo sistema de comercialización minorista de la carne vacuna en base al troceo del producto en unidades que no pueden superar los 32 kilos, poniéndole fin a la media res a partir del 1º de noviembre de este año. La medida que impulsa y ratifica el Gobierno nacional es apoyada por la exportación, mientras que las cámaras empresarias más abocadas al abastecimiento del mercado interno rechazan que la iniciativa se aplique en este momento por considerarla "inviable" en la actualidad.

Lo cierto es que, de llevarse a cabo la medida en tiempo y forma, Argentina dejaría en una semana de comercializar la media res a las carnicerías, sistema que básicamente ya no se utiliza en el mundo, a excepción de Paraguay. Esta modalidad de venta implica una serie de cuestiones que son perjudiciales para el trabajador por el peso que debe soportar al descargar los camiones, pero también puede representar un riesgo sanitario por posible contaminación de la carne en el proceso de distribución, según afirman desde el Gobierno y la exportación.

Por esto es esencial saber cómo llega la carne a las carnicerías, cuestión que la medida busca cambiar. La denominada media res, es básicamente, el animal faenado cortado al medio, sin la cabeza ni las vísceras. Dependiendo del peso del bovino, cada mitad puede pesar entre 90 o 120 kilos. Una vez que ya está preparada en los frigoríficos, comienza la distribución con camiones acondicionados para transportarlas, los cuales deben ser descargados por los trabajadores que llevan en su hombro y espalda el producto.

Es justamente esto lo que busca evitar la medida, sugerida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que fue anunciada en abril del año pasado en una resolución conjunta de las carteras de Trabajo, y los entonces ministerios de Producción y Agricultura, Ganadería y Pesca y prorrogada a principios de este y, por el momento, se niega a posponer nuevamente la puesta en marcha de la iniciativa e, incluso, está dispuesto a sancionar a aquellas empresas que no se adecuen.

Según consignó Infobae, esta firmeza del Gobierno y el acercamiento de la entrada en vigor de la medida comenzó a aumentar el nerviosismo en el sector, en especial, en aquellos matarifes y frigoríficos que vuelcan su producción al mercado interno. Estos aseguran que la normativa es "inviable", quejándose de los costos que requiere la adaptación de las plantas, los tiempos para realizarlas y la supuesta falta de financiamiento para llevar a cabo las obras. Por estas cuestiones, proponen la utilización de medios mecánicos para bajar las medias reses de los camiones y evitar así el "hombreo" para su descarga como solución temporal.

En la otra vereda se encuentra el sector exportador, aglutinados por el Consorcio de Exportadores de Carnes (ABC) quien asegura que estaban las condiciones dadas para llevar a cabo las adecuaciones de las plantas faenadoras y asevera que los costos que requiere poder hacerlas no son realmente representativos, criticando a aquellos actores que hoy denuncian que no es viable aplicar este nuevo sistema.

Lo cierto es que la medida, de aplicarse, resultará en un antes y un después para la industria y el comercio de carne vacuna, que no solo afectará a las plantas faenadoras, sino que también impactará en las carnicerías, que pasarán a trabajar con trozos más pequeño que la media res, al mismo tiempo que supondrá una mejora en las condiciones para los trabajadores. Tanto los matarifes como los exportadores coinciden en que la medida es necesaria, pero hasta el momento no existe un punto en común respecto a cuándo y cómo aplicarla y las acusaciones mutuas comienzan a tomar cada vez más volumen.

A favor

La medida impulsada por el Gobierno nacional tiene dos apoyos concretos: el sector exportador y el sindicato que engloba a los trabajadores del sector. En el primer caso, es el Consorcio de Exportadores de Carnes (ABC) quien empuja y promueve la iniciativa con una férrea defensa, ya que considera necesario un nuevo sistema de comercialización en el mercado interno, que si bien no es su principal destino, participa en el mismo y, de hecho, lo hace en programas acordados por el Gobierno.

En contra

Si bien los frigoríficos consumeros y los matarifes entienden que es necesario cambiar de sistema de comercialización, dándole fin a la media res, sostienen que hoy no están las condiciones dadas, que las plantas no pudieron adecuarse por los altos costos que esto conlleva y por la falta de financiamiento, al mismo tiempo que piden ser escuchados y que se forme una mesa de trabajo para poder consensuar el cuándo y el cómo de la medida.

Al comienzo de la semana la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA) convocó a otras entidades del sector para manifestar y darle volumen a su reclamo de suspender la implementación presentado ante la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, y su par de Economía, Sergio Massa. No obstante, hasta el momento no parecen que desde el Gobierno harán lugar al reclamo.

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