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Viernes 7 de Febrero, 2025
 
 
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Melina López

Periodista

La Casa Garrahan Chaco, el sueño de un loco hecho realidad

La Casa Garrahan Chaco, conocida también como la Casa de la Madre y el Niño, es el lugar donde decenas de niños pacientes ambulatorios pueden transitar su recuperación acompañados por sus madres y con la atención de los médicos del Hospital Pediátrico Dr. Avelino Castelán.

Para su impulsor, Carlos Alabe, todo esto comenzó como un sueño que poco a poco fue tomando forma y convirtiéndose en lo que es hoy. Fueron 10 años de trabajo y de paciencia con el claro objetivo de replicar la Casa Garrahan de Buenos Aires para los niños de nuestra provincia.

En una visita a dicha casa de recuperación, Carlos vio un difícil panorama, "una tragedia" ante sus ojos. La Casa Garrahan de Buenos Aires atendía a docenas de niños y los acompañaba durante las arduas recuperaciones. Sin embargo, muchos de esos niños eran del Chaco y de la región. "Vi una casa muy linda, pero con chicos tristes, lejos de sus casas", relató Carlos Alabe a Diario TAG.

Y de la identificación de ese problema surgió un sueño: "Yo quería ver la posibilidad de hacer algo", dijo. Y así fue como le comentó su idea al doctor Materas y fue él quien le dijo aquella frase que resumiría 10 largos años de trabajo y dedicación: "Vos metele chaqueño, vos estás suficientemente loco como para llevar adelante una cosa así".

"Tenés que tener una dosis de locura para llevar adelante un proyecto donde vos no tenés nada y hay que hacer mucho", reflexionó Carlos sobre aquellas palabras. Y la obra comenzó con la ayuda de mucha gente, en un terreno facilitado por el Instituto de Vivienda, vacío y listo para plasmar en él las ideas de "un loco".

"Esta casa tiene que ser una casa de juegos, de alegrías, de emociones", y con esa premisa en aquel terreno, detrás del cementerio, se inició la obra con un proyecto de planta baja. "Empezamos, y cuando yo empecé todos me felicitaban, pero no aparecían los ladrillos. Eran todos elogios, pero no había una carga de arena", relató sobre los comienzos de la casa de recuperación.

Sin embargo, se apoyó en sus años de experiencia con la Fundación Ciudad Limpia y comenzaron a "pedir para hacer algo, para cambiar algo". Muchas empresas que conocían el trabajo de Carlos Alabe como arquitecto comenzaron confiar y aportar: "Me acuerdo de Juan Alberto García, me acuerdo en los inicios de Jorge Cura. Ellos confiaron cuando no había nada".

Y recuerda también, con mucha gratitud, la aparición de una persona "en esos bajones donde vos decís ya no viene más nadie, me voy a quedar solo". "Tito López, el piquetero, el corta calles, corta rutas", cuenta Carlos, y relata sobre el interés de López en la obra, la casa de tránsito para los chicos pobres. "Para nuestros pibes", diría el piquetero quien más tarde le brindaría la tan esperada ayuda.

Carlos describe una imagen con 300 personas, con mujeres y niños, esperándolo para comenzar a trabajar. "Los que más ayudaron fueron está gente del MTD, que son los piqueteros, la gente los conoce como los piqueteros", contó. 

Y continuó: "Ahí vi varias cosas. Hay un famoso dicho que dice ‘los que menos tienen son los que más dan’, y pude demostrarlo, acá, con esto, pude demostrarlo".

Finalmente, tras años de trabajo, de rifas, bonos, bicicleteadas, eventos y donaciones, en 2019 la Casa Garrahan Chaco abrió sus puertas. "Cuando entró el primer pibe a la casa todos nos emocionamos porque era como empezar a que el barco marche. Y después empezaron las aflicciones, los nervios, de qué va a pasar con todo esto", detalló.

"Ver a un chico intubado, oxigeno dependiente, o viene en silla de ruedas… yo decía ‘en qué me metí, en qué nos metimos’".

Los primeros chicos fueron quienes dejaron las primeras enseñanzas en la casa de recuperación, y comenzaron a mejorar, comenzó a funcionar el sistema de la casa. "Como decía el doctor Matera, el amor cura", contó. 

"La contención, el escuchar a la mamá, el sentarse, que se bañen con agua tibia, el que duerman bien, que descansen bien. Que el chico pueda salir a correr", todo ello aporta a la rápida recuperación de los niños, y así lo comprobaron. 

Carlos recuerda con una mezcla de emociones el caso de Jeremías, un nene de 4 años con leucemia en la médula ósea. Luego de largos días de llantos, de ver al niño triste, sin esperanzas, comenzó el camino de la recuperación. "Y nosotros acá haciendo nuestra parte. Los entusiasmos, los juegos, ‘vamos que se puede’, pero siempre con el riesgo de que mañana se termina la función".

Y un día, Jeremías se levantó y el médico le dijo "andá a tu casa nomas". "Yo obvio me fui a llorar a mi casa, tranquilo. Tarea cumplida, salvamos una vida, ya está", recordó el impulsor de la Casa Garrahan en Chaco. "Funciona la casa, funciona realmente", aseguró.

La vinculación con el Hospital Pediátrico, Carlos dijo: "Para mí es el mejor hospital del mundo. Es el hospital de pediatría más grande del país, pero para mí es el templo de los milagros". En ese sentido, agradeció a "una persona muy especial", la doctora Alicia Michelini, "nuestra referente en lo médico, nuestro contacto". 

Los niños son derivados desde el Hospital Pediátrico Dr. Avelino Castelán, directo hacia la Casa Garrahan, cuenta su impulsor. Y destaca que a partir de allí su trabajo es brindarles a estos chicos, pacientes ambulatorios sin recursos, ese "amor que cura", esa "dignidad del buen trato". Con todas las comodidades que logra ofrecer esta casa de recuperación que cuenta con tres pisos, con habitaciones individuales pintadas por diferentes artistas que plasmaron diferentes personales en las paredes de la casa. 

Estos espacios "hacen que el chico entre en una burbuja positiva, en una burbuja de contención que hace que no esté todo el tiempo pensando en su dolor. Que salga cuanto antes y que siga viviendo", expresó Carlos.

"Nos animamos y acá estamos. Queriendo arrancar y que no pare más el barco, y si dios quiere vamos a salvar muchas vidas más", concluyó.

La Casa Garrahan Chaco no es solo un espacio de gran valor para la provincia, un trabajo que admirar a la distancia, sino que es, además, el lugar donde muchas familias transitan sus momentos más duros, y donde logran salir adelante. Este lugar, que comenzó siendo solo un terreno vacío, hoy espera ansioso volver a llenarse de emociones, juegos y enseñanzas que quedaran grabadas en el seno de muchas familias chaqueñas.

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