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Las mujeres y su lugar en la política: una lucha que comenzó hace 70 años
Hace unos 70 años que las mujeres venimos luchando por nuestros derechos en Argentina y uno de ellos tiene que ver con la participación política. Eva Duarte de Perón fue la encargada en aquel momento de conquistar el derecho del voto femenino y de esa manera comenzar una lucha que hasta la actualidad continúa.
Pero, para que Cristina Fernández, María Eugenia Vidal, Alicia Kirchner, Claudia Ledesma Abdala, Lucía Corpacci, Rosana Bertone, entre otras, puedan acceder a un cargo de poder en un mundo dirigido por hombres tuvieron que pasar varios años.
Algunos de los avances se dieron a partir de 1991 cuando Argentina sancionó una ley de Cupo Femenino (la ley 24.012, novedosa en Latinoamérica), que establece que "las listas que se presenten a elecciones deberán tener mujeres en un mínimo del 30% de los candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidades de resultar electas".
Fue así que después de la sanción de esta ley en la Cámara de Diputados la participación de las mujeres pasó de 5% a 14% tras las elecciones legislativas de 1993 y llegó a 30% hacia 2001, mientras que en el Senado el cambio también fue abismal: antes de la ley, la representación femenina llenaba menos del 5% de las bancas y pasó al 37% en la primera elección directa.
Detrás de estos números está la gran pregunta: ¿Por qué en una sociedad en la cual la mujer conquistó tantos derechos todavía no está en paridad de representación política? Estereotipos de género, educación, formación y machismo son algunas de las explicaciones más escuchadas a la hora de poner este debate en la mesa.
Estos son algunos de los tópicos que llevan a que hoy en 2022 en la provincia del Chaco no hayamos tenido nunca una gobernadora, que en Argentina solamente hayamos tenido una presidenta mujer o que como sucedió en la jornada de ayer, martes 2 de agosto, Cecilia Moreau sea la primera mujer en asumir la presidencia de la Cámara de Diputados.
En este sentido, según un estudio realizado por Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Argentina las mujeres que acceden a cargos jerárquicos en general representan mayores niveles educativos respecto a sus contrapartes varones. "Esta brecha sugiere que los requerimientos educativos para que las mujeres ocupen puestos de decisión son aún mayores que para los varones. En los mismos puestos (altos cargos), pareciera demandar mayores capacidades a las mujeres", señala el informe
Sin embargo, los cargos jerárquicos continúan siendo ocupados por hombres aun cuando en los mismos equipos hay mujeres con igual o más formación y experiencia.
Uno de los términos para referirse a este tema es el "techo de cristal", el mismo viene a dar nombre a la desigualdad y el impedimento para crecer que tienen las mujeres a la hora de alcanzar puestos jerárquicos o incluso, sueldos equitativos en comparación a sus compañeros hombres que realizan sus mismas tareas.
De esta manera, si bien hay derechos conquistados que alientan la participación política de la mujer, todavía quedan muchas estructuras sociales que impiden que la mujer pueda acceder en igualdad de condiciones a los espacios de poder.
La cultura y los valores también hacen lo suyo, se espera de las mujeres un rol maternal o ser el sostén de la familia, cuestiones que no siempre son compatibles con la figura de una mujer ejerciendo el poder en la órbita de lo público, pero que sin embargo en el varón pareciera no generar ningún tipo de desajuste.
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