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Sábado 1 de Febrero, 2025
 
 
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El angustiante pedido de una nena de 5 años víctima de bullying: "Dios, llevame al cielo"

Un nuevo caso de bullying se hizo conocido, esta vez en una escuela de Mendoza, donde Agustina de casi 6 años recibe el hostigamiento de sus compañeros debido a su peso. Los ataques fueron tantos que la nena expresó su angustia diciendo "Dios, llevame al cielo".

Hace poco más de un año Agustina era una nena dulce y alegre, pero desde que comenzó a recibir los malos tratos de sus pares en la escuela, la soledad y el aislamiento se convirtieron en sentimientos cotidianos. A veces se muestra enojada y no responde cuando le preguntan qué le pasa.

"Ya el año pasado le decían cosas en el jardín, pero por ahí como era más chica no se daba cuenta, pero ahora sí y le duele lo que escucha. Todos los días regresa a casa llorando, enojada, nos pide no ir más a la escuela y dice que se quiere ir al cielo. Nos enteramos que este no es el primer caso de maltrato en la escuela, hay nenes que hasta son golpeados por sus compañeros", cuenta entre lágrimas Juan Carlos Palma de 45 años, papá de la nena.

La amarga fotografía es la típica. Una pequeña que entra corriendo y llorando a su casa sin mediar palabra y se encierra en su habitación. Las pocas veces que sale a jugar lo hace sola y dejó de ver los dibujitos como antes. Su carácter cambió.

Ante esta conducta extraña, los adultos hacen lo que cualquier padre haría, le preguntan que le pasa y como se siente, pero la nena se negaba a hablar y su familia comenzó a preocuparse. Su hermana Sara, de 18 años, pudo conectar con su angustia mas elemental para que contará el motivo de su dolor. "Dijo que en la escuela se ríen de ella, que le dicen ‘gorda cerda’, ‘gorda chancha’, ‘gorda puta’... ¡Tiene cinco años y tiene que escuchar todo eso!", cuenta exaltado su padre.

En un intento desesperado de hacer algo por asistirla, su mamá Verónica la grabó contando qué le dicen sus compañeros de escuela y compartió esas imágenes con sus hermanas. Una de las tías de Agustina subió el video a sus redes y se volvió viral.

Si la angustia ya era grande para los padres al no saber como ayudar a su hija, la respuesta de la escuela profundizó esa amarga sensación. Juan Carlos contó que en una reunión con la directora de la Escuela Nº 1-105 Lindor Castillo, de La Arboleda, en Tupungato (Mendoza), dijo: "Agustina va a quedar como estúpida, como una tonta, por los videos que subieron a las redes. Y dijo que es una nena que se duerme en clase, que va al comedor a pedir pan... ¡y lo decía de una manera que me dio mucha bronca! Mi hija es una nena con mucha energía, ¿cómo va a decir que duerme en el salón?".

"La directora la culpó a ella de salir al recreo para ir al comedor a pedirle a la celadora que le dé gallegas y pan... También me dijo que debe ser diabética y me preguntó si está en tratamiento médico por el peso... Yo esperaba que ella llamara a los padres de los niños que la insultan para hablar con ellos. Eran cuatro las familias las que debía juntar. No conozco a ninguno porque por mis horarios de trabajo pude ir pocas veces a la escuela y creo que no son del barrio", agrega.

Para ellos, tras la reunión fallida en la escuela, no queda más que dar el paso siguiente y elevar la situación en la Dirección de Escuelas porque "ha habido varios casos de niños golpeados adentro de la escuela, hay otras denuncias", dice Juan Carlos.

En una misma sintonía, expresó:"Cuando le dije a la directora que haría eso, como tomándome el pelo, me dice: ‘¿Conocés la escuela Toro? La Dirección está a la vuelta, si la quiere hacer...’ Yo fui a contarle lo mal que se siente mi hija y me encontré con actitudes que no vienen al caso y que no esperaba. Me dijo que los videos que subió mi cuñada fueron una payasada".

Juan Carlos y Verónica, como toda la familia de Agustina, solo desean que su hija vuelva a ser la misma nena que era. "Cada vez que yo llegaba de trabajar, ella se sentaba en mis piernas, me abrazaba y me decía: ¡Papi te quiero mucho!, ya no lo hace. No es el amor de nena que era antes. Por todo esto que le están haciendo está así, no pude ser por otro motivo".

"A los padres de los chicos que hacen bullying les pido que eduquen a sus hijos mostrándoles qué es hacer el bien y qué hacer el mal, que les hablen para que no hagan esto, que sean amistosos con otros niños, que hablen con ellos y les expliquen que hacen mucho daño, que no es gracioso. Y a los papás de nenes que sufran como mi hija les pido que lo cuenten, que hablen porque así esto se puede resolver y terminar", finaliza.

EL DESGARRADOR VIDEO

"No quiero ir más a la escuela. Me dicen gorda. Me tratan de gorda chancha, estoy cansada. Me tienen harta", se queja entre llantos, Agustina, con mucho enojo y a la vez, una tristeza infinita. Se trata de una grabación de pocos segundos, pero contundente.

"¡Mi Dios! ¿Qué está pasando? No lo quería hacer público, pero basta. Ella es mi sobrina y recibe bullying todos los días en la escuela. ¡Tan sólo tiene 5 añitos! ¡Basta de bullying! Los niños también sufren. Pónganse todos en el lugar del otro", escribió angustiada en su perfil de Facebook Mariela Paz, tía de la nena, junto a las imágenes que superan los 95 mil compartidos, 11 mil reacciones y 4 mil comentarios.

EL PEDIDO DE LOS PADRES

Luego que se difundiera el video (grabado el lunes 11 de abril), Agustina no fue a la escuela. No ir le da tranquilidad, sintiéndose mejor en la seguridad que le ofrece su casa.

"Se siente mejor estando en casa, pero basta mencionar la escuela para que se ponga mal. Se encierra. Esto es para nosotros un proceso difícil y como papá se me parte el corazón de ver a mi hija así y de saber que esté padeciendo tanta crueldad", expresa Juan Carlos. Recuerda que el año pasado llegaba del jardín, pedía el celular y se quedaba sola viendo los dibujitos y no contaba nada. La veía rara y le preguntaba qué le pasaba, pero no lo decía. Intuye que por esos días había iniciado el hostigamiento y pidió ayuda en la escuela.

En ese entonces, habló con la maestra para contarle qué estaba sucediéndole a su hija. "Me dijo que iba a tomar cartas en el asunto, pero siguió pasando. Nosotros aguantamos la situación como familia y Agus terminó el jardín, pensamos que eso iba a terminar en primer grado y no fue así. Siguió ocurriendo y ella comenzó a darse cuenta de la gravedad de las cosas que le dicen en cada insulto... La dejaron apartada, empezó a jugar sola en la escuela y nosotros notamos su cambio de actitud y seguía sin querer contar qué le pasaba".

Su hermana Sara —Agustina es la menor, tiene otra hermana de 23 años y un hermano de 13 — les contó a sus padres lo que estaba viviendo Agustina, Una vez que estuvieron al tanto la nena comenzó a pedirles: "No quiero ir más a la escuela, me quiero ir al cielo", y se largaba a llorar.

El apoyo de la familia es incesante, por lo que fueron en busca de soluciones en la escuela. "Siempre manejamos las cosas en casa, pero esto es grave y no puede quedar así", explica Juan Carlos, un hombre que trabaja días completos en la cosecha de papas.

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