Perú: el gobierno decretó toque de queda en Lima a causa de las protestas
El gobierno de Pedro Castillo,decretó un toque de queda y amplió el estado de emergencia en las provincias de Lima y Callao durante el martes. La medida tiene la intención de contrarestar las protestas de camioneros y transportistas que se alzaron por las subidas en los precios del combustible y los alimentos. Cuatro personas murieron durante estas protestas.
El estado de emergenta en Lima y Callao se decretó a comienzos de febrero, medida que se extendería por 45 días, pero el decreto se extendió por 45 días más, desde el 20 de marzo. Esta medida implica la suspensión de algunos derechos constitucionales dentro del período estipulado por el decreto, entre ellos se encuentra el derecho a la libertad, la inviolabilidad del domicilio, además de los derechos de libertad de reunión, y de tránsito.
Ahora, mediante el toque de queda, que inició a las 2.00 de la mañana de este martes 5 de abril, y se extenderá hasta las 23.59 horas, se amplía el estado de emergencia. Los ciudadanos deberán mantenerse fuera de las calles durante casi 24 horas. El anunció se realizó cercana la medianoche del lunes, donde el presidente peruando, Pedro Castillo, decretó la inamovilidad ciudadana en Lima Metropolitana y Callao, a través de la televisión pública.
"Hago un llamado a la calma y serenidad", dijo Castillo. Mediante el toque de queda, el gobierno pretende calmar las protestas que interrumpieron el tránsito en más de 40 puntos de diversas carreteras, y más de 80 se encuentran completamente restringidos. El toque de queda decreta la prohibición de los ciudadanos en las calles, pero se va a permitir el funcionamiento de servicios esenciales como mercados de alimentos, farmacias, hospitales y recogida de basuras.
Ante los reclamos por la suba de los precios de los combustibles y los alimentos, el gobierno suspendió hasta fines de junio un impuesto para algunos tipos de combustibles que elevaban entre 28% y 30% el precio final. Este recurso resultó en el descenso del precio del diésel más usado a 0,47 dólar el galón. Sin embargo, los manifestantes sostienen que tras la medida los precios de los combustibles no bajaron, por lo que las protestas continúan.