Un científico desmintió que las áreas incendiadas en Corrientes no vuelvan a ser como eran antes
El investigador Mario Chatellenaz calificó de "incorrectas e infundadas" a esas versiones que se dieron a conocer.
Días atrás habían surgido rumores y que se propagaron en las redes sociales, donde se informaba que la vegetación del Iberá y otras áreas de la provincia de Corrientes que se vieron afectas por los incendios tardaría décadas en volver a ser como eran antes.
Es así, que el investigador Mario Chatellenaz calificó de "incorrectas e infundadas" a esas versiones. "En todo caso, los que pueden tardar más tiempo en recuperarse son los bosques, ya que las comunidades de esteros y pajonales se recuperarán rápidamente de hecho ya lo están haciendo y no necesitan ser restauradas", explicó.
"Muchas especies animales, particularmente aves, dependen de pajonales y pastizales. Si éstos dejan de quemarse por varios años, disminuye significativamente la diversidad de aves en estas comunidades", agregó el científico y subrayó: "Debemos tener siempre presente que no podemos conservar especies animales sin conservar también las comunidades vegetales donde viven".
En esa línea consideró que las quemas controladas y reguladas de pajonales y pastizales son una herramienta indispensable para la conservación de especiales animales como así también de las comunidades vegetales donde vive.
Continuando con la explicación del tema, afirmó que "Las especies de estas comunidades están adaptadas en mayor o menor grado al fuego, y poseen sus órganos de regeneración (yemas) situados al ras de la superficie del suelo, o debajo de éste. Como consecuencia, poco tiempo después de las quemas (a veces días) comienza a observarse un profuso rebrote de hierbas y pastos, generalmente con una abundante floración".
Mediante investigaciones y referido al efecto de las quemas sobre aves de pajonales en el Parque Nacional Murucuyá, el científico Chatellenaz contó que "Es un un área protegida que maneja a estas comunidades herbáceas con quemas controladas, se pudo observar que, durante periodos de varios años de supresión de fuego, aves como los ñandúes y mamíferos como los aguará guazú, disminuyeron notablemente su presencia".
"En cambio, era frecuente verlos en los campos ganaderos vecinos donde se efectuaban quemas para favorecer el rebrote de los pastos. Los resultados de muestreos de aves propias de pajonales mostraron muy baja diversidad en aquellos sin quemas, y mayor diversidad en aquellos que están manejados con quemas periódicas", detalló.
Para terminar, el investigador sostiene la necesidad de no suprimir las quemas de pastizales y pajonales, y hacerlas de manera regulada y controlada. Eso sí, interrumpirlas en épocas de sequía "como la que atravesamos recientemente, donde los incendios pueden alcanzar magnitudes catastróficas, tanto para la fauna como para las actividades productivas, cultivos, forestaciones, ganadería".