Joaquín Nahuel, el niño pastelero que se quemó el 25% del cuerpo y que rompe las redes con recetas
Joaquín Nahuel tiene diez años y es el segundo de cinco hermanos y hermanas, que son criados juntos por los vendedores ambulantes Raquel y Emanuel, que viven en el barrio Parque Rivadavia de General Rodríguez, en Buenos Aires. Mientras los demás niños y niñas gastan el dinero que sus padres les otorgan cada cierto tiempo, Joaquín prefiere guardarlo.
Con lo ahorrado compra insumos para desarrollar la pasión que lo hizo muy popular en redes sociales: hornear tortas para su familia, y cuando sobran muchas porciones, las reparte a todo el barrio. Su sueño es ser pastelero, y así lo hace saber cada vez que comparte una historia en Instagram o en Twitter.
El niño no trabaja, sino que deja fluir la imaginación para crear, como un artista con su pincel o un violero con la guitarra, Joaquín hace gala de los instrumentos culinarios una y otra vez sobre los ingredientes para mejorar su técnica.
Gracias a la difusión de Instagram y Twitter, las creaciones del joven se volvieron virales y un pedido llegó al corazón de los seguidores: necesita una heladera porque la suya "no enfría mucho", y no tiene espacio suficiente para colocar su máxima creación, una torta de tres pisos.
Joaquín tiene cerca de 44 mil seguidores en Twitter y alrededor de 54 mil en Instagram. En ambas redes cuenta la génesis de cada torta y su destino.
La pastelería, aunque no de manera profesional, siempre estuvo en la familia ya que su abuelo materno fue el que le enseñó a dar sus primeros pasos horneando bizcochuelos para la hora de la merienda. Su fijación comenzó porque le parecía divertido, un juego.
Quizás su amor por la cocina y, sin lugar a dudas, el cariño de su familia fue lo que le permitió sobrellevar un feo accidente de hace dos años, cuando en una travesura infantil, Joaquín roció una botella de alcohol sobre las brasas de un asado. Las llamas crecieron y lo envolvieron durante largos y dolorosos cinco minutos, lo que le dejó profundas cicatrices y algunas secuelas que pudo superar gracias a muchos días de tratamiento.
Hoy es un pastelero en potencia, que cuenta su historia y es acompañado con afecto por miles de usuarios que comparten con él cada alegría al momento de abrir el horno y sacar algo rico para acompañar el mate.