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Viernes 7 de Febrero, 2025
 
 
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Mostrar para ver: lo esencial no siempre es invisible a los ojos

Han pasado más de 450 días desde la llegada del coronavirus a nuestro país, pasaron tantas cosas desde entonces que aún no ha surgido el respiro que nos permita reflexionarlas. Lo cierto es que al periodismo nuevamente le toca relatar una tragedia, en ella donde se mire hay algo que mostrar y contarle a una sociedad que como nunca antes consume información.

Los periodistas somos esenciales -adjetivo que surgió en el mundo pandémico para los trabajadores que pese al indescifrable presente debían continuar con su ejercicio por el rol que cumplen en la sociedad-. Lo fuimos antes para la salud del orden democrático y lo somos ahora cuando abunda la necesidad de saber qué pasa.

"La pandemia del COVID-19 es el acontecimiento con mayor cobertura periodística de la historia. Ningún otro hecho tuvo la cantidad de horas, imágenes y líneas de texto dedicadas a testimoniar y analizar un fenómeno que afecta a todos los habitantes del planeta. Ninguno tuvo tampoco una audiencia tan grande. El periodismo y los medios son hoy más necesarios que nunca", expuso recientemente la Comisión de Libertad de Prensa de Adepa por si aún quedaban dudas.

Los números forman parte del discurso periodístico, pero no somos una ruleta que busca números para definir cuán dolorosa pueden ser las muertes por una pandemia, por un accidente o por una tragedia porque detrás de ellos hay historias.  Historias que buscan a gritos ser contadas y escuchadas.

"Nunca tuve un reproche a la vida. Al contrario, me abrieron más puertas, más amigos, como si no hubiera pasado nada", reflexionó Marcelo Nuñez, un trabajador que sufrió un accidente, perdió una pierna y hoy vive una vida con optimismo. Él protagonizó un hecho que muchas veces está presente en el relato periodístico, pero su historia pone en perspectiva otras cosas. Enseña e inspira.

"Es ayudar al prójimo, estar al servicio de la comunidad, no importa si es el día de la madre, si es tu cumpleaños. Si te necesitan tenés que estar", nos contó orgullosa Yolanda Pedrozo, bombera de Resistencia.

"Gracias a Dios pudimos salvar gran parte, la vida humana es preciada, lo otro se recupera", expresó el dueño del local de telas Textibel a horas del incendio de su comercio.

Los hechos no son circunstancias amorfas. Detrás de ellos hay personas, historia, enseñanzas y emociones, ese ese el rol del periodismo: mostrar lo que a veces elegimos no ver.