La militancia por el dióxido de cloro llegó a la provincia: los peligros de la desinformación
Distintos grupos en redes sociales –Facebook, Whatsapp y Telegram- se han conformado en la provincia para quienes encuentran una alternativa "médica" en el dióxido de cloro. Algunos usuarios, médicos, virólogos e inmunólogo promueven el consumo de este compuesto médico pese a que no se demostró su efectividad y puede provocar serios daños en la salud.
En redes sociales, principal canal de divulgación de desinformación sobre el dióxido de cloro, se difunden teorías conspirativas que entre sus principales premisas apuntan al no uso de barbijos, a la no obligatoriedad –con la que especulan- de la vacuna contra el Covid y al consumo del compuesto químico. Otros negacionistas, niegan la existencia del virus y se oponen al "Nuevo Orden Mundial".
En las últimas movilizaciones realizadas en Resistencia, un reducido grupo de personas se acercó con una pancarta afirmando que el CDS "cura" –algo que no está demostrado, tampoco se probó si ayuda a combatirla- y se ganó la atención de algunos curiosos a los que le brindaron "datos" que avalan su postura.
El peligro de la desinformación
Diario TAG recorrió algunos de estos grupos –en redes sociales- en los que muchos cuentan sus experiencias con el consumo del dióxido de cloro y se piden consejos. "Mi vecina dio + ¿cuánto debe ingerir?", "¿Puede que produzca dolores de cabeza?", se pregunta un usuario que cuenta haberlo comenzado a consumir mientras que otros le responden que "sí", "es normal", "es la crisis curativa", "¿Se puede usar puro?", "En una entrevista dijeron que sí se puede". Muchas afirmaciones, pero el consumo y la no consulta médica ponen en riesgo la salud.
La ideología y oposición parece prevalecer – e ignorar- de lo fundamental que resulta la consulta médica presencial, los estudios y antecedentes clínicos.
Falsedades
Chequeado, sitio encargado de verificar informaciones, comunicó hace pocos días una investigación vinculada a "Médicos por la Verdad" y "Epidemiólogos Argentinos": un grupo de médicos, virólogos e inmunólogos, que se oponen al uso de barbijos, al "aislamiento de los sanos", cuestionan las pruebas PCR, promueven el dióxido de cloro como tratamiento, y critican las medidas sanitarias del Gobierno nacional.Durante esta pandemia se volvieron conocidos por la difusión de videos virales repletos de afirmaciones falsas, engañosas y sin sustento científico.
Frases falsas, engañosas y aventuradas de la referente de "Epidemiólogos Argentinos"
El nombre del grupo resonó por primera vez en julio, cuando apareció en varios medios una carta publicada por "Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios" en la que se cuestionaba a los infectólogos que asesoran al Gobierno nacional y a las medidas sanitarias establecidas en el país.
La bioquímica y doctora en inmunología Roxana Bruno fue una de sus firmantes y es una de las caras más visibles de la organización. Según PubMed, un motor de búsqueda de libre acceso que permite consultar la base de datos sobre estudios médicos, Bruno aparece en al menos 6 investigaciones, en nombre del departamento de Neuroinmunología del Instituto Max-Planck (Alemania), y en reuniones de jóvenes posdoctorales del Instituto de Neurociencias de Alicante (España).
Sin embargo, su nombre se hizo conocido cuando le dio una entrevista al periodista Fernando Bravo en Radio Continental y mencionó varias desinformaciones. Señaló que el virus que genera la COVID-19 no pudo ser aislado, lo cual es falso. Indicó incorrectamente que las vacunas contra el nuevo coronavirus no se están probando con animales y que los test PCR no son específicos para detectar este virus. Además, agregó que el nuevo coronavirus tiene cura y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) prohibió las autopsias a muertos por COVID-19, desinformaciones que circulan desde por lo menos abril último.
Luego de una primera verificación, la inmunóloga se contactó con Chequeado y envió una respuesta al chequeo sobre sus declaraciones en radio Continental. Al contrario de lo dicho por Bruno, no hay evidencia que señale que la cuarentena no se justifique. Además, dijo que la mortalidad de la COVID-19 es menor a la de la gripe, lo cual es falso.
Además, Bruno agregó que las nebulizaciones con ibuprofenato de sodio tienen un éxito del 100% en casos graves de coronavirus, una afirmación por lo menos aventurada. También dijo falsedades sobre la supuesta infertilidad que causarían las vacunas contra el coronavirus.
Argumentos que coinciden con las teorías conspirativas
"Médicos por la Verdad" señala que se trata de una "falsa pandemia", "plandemia" o "falsemia" y el grupo apoya una de las teorías según las cuales el virus fue creado en un laboratorio.
Atribuir intenciones oscuras es uno de los rasgos del pensamiento conspirativo, según una investigación que desarrollaron los académicos John Cook, Sander van der Linden, Stephan Lewandowsky y Ullrich Ecker en Conspiracy Theory Handbook (Manual de teoría conspirativa, en inglés) y How to Spot COVID-19 Conspiracy Theories (Cómo detectar las teorías conspirativas acerca de la COVID-19, en inglés). Los conspiradores tendrían motivos viles, según estos investigadores.
Además, tanto "Médicos por la Verdad" como "Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios" sospechan constantemente de la información oficial -otro de los rasgos del pensamiento conspirativo- lo que hace que cualquier evidencia científica que no se acomode a sus teorías tiene que estar falseada y es objeto de sospecha.
Es el caso de los constantes planteos y cuestionamientos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a la supuesta inflación de casos positivos de la COVID-19 por el supuesto alto porcentaje de falsos positivos en el país y la supuesta inespecificidad de los PCR. En esa línea, los grupos sostienen que los indicadores en los que se basa el Gobierno para avanzar de "fases" de aislamiento son incorrectos.
Tienden a presentarse a ellos mismos como "médicos engañados" y parte de un "totalitarismo que nos hace actuar desde el miedo y la coacción", otra de las características del pensamiento conspirativo.
Un ejemplo de esto es el caso de Brandolino, quien convoca a juntarse todos los sábados en el Obelisco con un folleto que dice: "Jamás use barbijo para circular en la vía pública. No seas cómplice de esta dictadura vestida de ciencia. El barbijo mata".
En una entrevista al sitio web Estación Claridad, Bruno también mencionó que "las mascarillas están haciendo mucho daño" porque permiten que respiremos "nuestro propio dióxido de carbono".
María Elisa Calle, experta en Epidemiología y Salud Pública y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, explicó al sitio de verificación de datos Maldito Bulo que las mascarillas no son estancas, por lo que que entra aire por los laterales y la parte superior y con ese aire entra el oxígeno y se elimina el dióxido de carbono.
"Si fuera cierto, los cirujanos que intervienen durante varias horas, estarían muertos y no sólo cansados", explicó la experta. Lo mismo señaló cuando fue consultada la médica cirujana María Jesús Martínez Aquino por sitio de verificación de datos venezolano Efecto Cocuyo.
Dióxido de cloro
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene, desde que declaró pandemia a la COVID-19, que "no existe ningún medicamento autorizado para curar la COVID-19".
En la Argentina, el uso, la comercialización y la distribución de este producto están prohibidos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que subrayó que "el consumo directo de clorito de sodio, en solución acuosa, puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones".
Por su parte, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos también advirtió sobre los peligros para la salud de la ingesta del dióxido de cloro.
En igual sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios desaconseja su uso, puesto que "cuando se consume siguiendo las instrucciones dadas, produce efectos adversos que pueden ser graves".
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), por su parte, advirtió en agosto último sobre los peligros del uso de productos de dióxido de cloro y sus derivados para ser consumidos o inhalados como supuesto tratamiento contra la COVID-19. "Estos productos se usan para desinfectar superficies inanimadas, no para seres humanos", aseguró Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Organización.
Esta nota fue producida por la Red Federal contra la Desinformación (RedDES), una red colaborativa federal de medios creada para producir y difundir verificaciones de rumores y contenidos falsos sobre coronavirus que están circulando a través de las redes sociales. Las vías de contacto son: por mail a [email protected] y /Chequeado en todas las redes. Si te llegó información sospechosa por WhatsApp podés enviarla al 11.3679.0690 para su verificación.